NIEVE II CENTROS INVERNALES DEL SUR ARGENTINO
Pistas de la Patagonia
Las primeras nevadas de junio cubrieron por igual las laderas de la cordillera de los Andes y las expectativas de los fanáticos del esquí, quienes el viernes celebraron el comienzo oficial de la temporada. Hasta fines de setiembre, los centros invernales de la Patagonia argentina se poblarán de esquiadores para convertirse en una suerte de microciudades en el medio de la montaña. Catedral, Chapelco, Caviahue, Cerro Bayo, La Hoya, Cerro Castor y los demás centros de la región son las diversas alternativas que ofrece el país a todos los amantes de la nieve, con pistas que desafían la destreza y la pasión tanto de principiantes como de expertos. Un informe especial sobre las propuestas que los complejos invernales del sur argentino han preparado para la nueva temporada.
NEUQUEN Chapelco, Caviahue y Cerro Bayo
En las laderas mapuches
En Neuquén, el cerro Chapelco –a pocos kilómetros de la encantadora ciudad de San Martín de los Andes– es el gran elegido por aquellos que quieren aprender a esquiar debido a su gran cantidad de pistas moderadas, rodeadas de bosques y toda la belleza escénica del lago Lácar. Con 60 centímetros de nieve pisada en su base y 1,20 de condensado piso blanco en la zona intermedia de Antulaufquen, inauguró su temporada 2002 el pasado viernes.
El Chapelco Ski & Summer Resort combina la emoción del deporte y el vértigo con un entorno jovial y familiar. El centro invernal dispone de modernos medios de elevación que permiten transportar fácilmente a los esquiadores hasta todas las pistas, tanto las de la cima como las intermedias.
Emplazado sobre el cordón Chapelco –vocablo mapuche que significa “trenzas de agua” y que alude a los numerosos arroyos que dibujan esa figura sobre las laderas– ostenta picos de 2497 metros (cerro Azul) y 2394 metros (cerro Chapelco). Sobre una superficie esquiable de 140 hectáreas y un desnivel de 730 metros, se despliegan 29 pistas distribuidas en todos los niveles (muy difícil 20 por ciento; difícil 30 por ciento; media 25 por ciento; fácil 25 por ciento); la base y la 63 son ideales para principiantes, pero también hay pistas negras, bumps y saltos para los expertos. La longitud máxima esquiable es de 5,3 km, desde el tope de la silla cuádruple del Mallín-Cerro Teta por la Travesía hasta el Mocho, la pista de la Pradera y combinación con varias pistas hasta la base, ubicada a 1260 msnm. Funcionan 12 medios de elevación, que permiten transportar a 12.000 esquiadores por hora y llegan a una altura máxima de 1980 msnm.
Ubicado al final de la Silla Graeff, en la plataforma 1700, que garantiza siempre una buena cantidad de nieve, se encuentra el Snowboard Park, diseñado para las 4 categorías de este deporte: Half Pipe, Slalom Paralelo, Big Air y Fun Park.
Todos los viernes se hace realidad el deseo de esquiar de noche, cuando la pista 63 se ilumina y comienza la música, concluyendo con una mágica bajada de antorcha.
Además de esquí, el cerro brinda la posibilidad de hacer otras actividades, como paseos en motos y trineos tirados por perros siberianos, trekking con raquetas de nieve y heliesquí.
Los que quieran tomar clases pueden hacerlo en la Escuela de Esquí y Snowboard, cuyo staff de nivel internacional enseña todos los deportes de nieve: esquí alpino, nórdico, parabólico, de aventura, parapente, monoesquí y fuera de pista, así como snowboard en sus distintas modalidades. Se dan clases grupales o individuales, según las necesidades y el nivel del esquiador; se pueden acordar tanto en la base del cerro como en las oficinas de San Martín de los Andes. Y todos los viernes, día de despedida y cierre de los cursos semanales de aprendizaje, a partir de las 5 de la tarde, los instructores invitan a un brindis con champaña, que finaliza con una demostración artística de miembros de la escuela.
Para los chicos, el Club Infantil Chapelco organiza actividades en grupos, según sus edades: una Guardería para niños de 3 meses a 3 años; el Jardín de Nieve, en el que los chicos de tres a cinco años pueden iniciarse en el esquí, y la Junior Academy, para niños y jóvenes de 6 a 15, que brinda cursos grupales durante cuatro horas al día. Los esquiadores disponen de una amplia gama de servicios: desde un local de alquiler de equipos, ubicado en la base, donde se ofrecen esquíes alpinos, de fondo, de travesía, parabólicos, monoesquí, big foot y snowboards, hasta el guardaesquí y secabotas, en salas calefaccionadas. Esta opción es sumamente cómoda pues evita el traslado diario de los equipos. Otra comodidad es la posibilidad de alquilar los trajes y tablas tanto en el cerro como en las oficinas del centro de la ciudad.
Los refugios y restaurantes se encuentran en todas las cotas y sirven menús especiales para reponer energías luego del deporte. Los esquiadores podrán elegir entre Antulauquen, a la salida de la telecabina; Los Techos, apenas por encima de la base; y arriba, Pradera del Puma, El Graef y Rancho Manolo.
No hay que olvidar que San Martín de los Andes suma su propio encanto a la experiencia de los esquiadores y cuenta con una infraestructura completa para la hora del descanso y el après-ski. Sus típicas casas de madera, sus parques de araucarias y el ritmo de vida aquietado conservan el espíritu original de esta localidad que surgió acompañando el crecimiento del centro de esquí a partir de los años 80.
La ciudad cuenta con servicios turísticos de primer nivel, ya que dispone de una capacidad de aproximadamente 4600 plazas de alojamiento, distribuidas en hoteles, hosterías, cabañas, residenciales, apart hoteles, entre otros. A esto se suma un importante centro comercial y de diversión, como así también restaurantes donde se puede disfrutar de platos típicos como la trucha, el ciervo o el jabalí. Para la noche las opciones son el casino, el teatro y las discotecas.
Entre las termas y el volcan La posibilidad de conjugar la aventura en las pistas y el bienestar en las termas transforman en único al centro invernal de Caviahue, emplazado a 1650 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera de los Andes, al noroeste de Neuquén. Desde este fin de semana, con 1,50 metros de nieve, ya funcionan todos los medios de elevación. En alturas mayores, hay tres metros de nieve y pronto comenzarán las excursiones en vehículos antárticos hasta los alrededores de la cumbre del volcán Copahue.
Inaugurado en 1986, este centro está a sólo 3 kilómetros –por camino de ripio– de Villa Caviahue, nombre mapuche que significa “lugar de fiesta o reunión”, y es fácil comprobar que efectivamente lo es: toda la vida social transcurre dentro de los hoteles. La aldea cuenta con una capacidad hotelera de 464 plazas distribuidas en acogedores hoteles, hosterías, cabañas y apart hoteles, y con una infraestructura que incluye asistencia médica, estación de servicio, gomerías, transporte terrestre, restaurantes, confiterías, lugares de esparcimiento nocturno, casa de artículos regionales, casas de fotografía, fábricas de chocolate y comercios en general.
El complejo invernal está enmarcado por un milenario bosque de araucarias y por la imponente silueta del volcán Copahue, que se erige a una altura de 2970 metros. Por su geografía y clima, el período de uso anual para la práctica del esquí se extiende por más de cinco meses, en los que se consigue una nieve de excelente calidad y una profundidad promedio de 2,5 metros en la base.
Sus 8 pistas señalizadas –un total de 29 kilómetros de superficie esquiable– con diferentes variantes permiten a principiantes y avanzados disfrutar del esquí alpino, de fondo, fuera de pista, snowboard y pasear en trineos tirados por perros siberianos. La longitud máxima esquiable es de 5 kilómetros ininterrumpidos y un desnivel, de 504 m. Tiene más de 200 hectáreas para esquí fuera de pista y servicios de patrullaje y guías para esquí libre, constantemente recorren las pistas para seguridad de los deportistas.
Los más audaces tienen la opción de llegar, con vehículos oruga, hasta la cumbre del volcán, un sitio inaccesible para los que no son expertos. La bajada, de 7 kilómetros hasta la base, le agrega emoción a la aventura. Para llegar hasta las pistas funcionan 6 medios de elevación (2 aerosillas, 3 telesquíes poma y un t-bar), con una capacidad de transporte de 3300 esquiadores por hora y acceso a alturas de 1440 y 1750 msnm.
En materia de servicios a los esquiadores, la Escuela del Club Andino Caviahue ofrece clases de esquí alpino, de fondo o snowboard, para principiantes y para quienes necesiten mejorar su estilo, dictadas en forma particular o colectiva.
Desde la temporada 1997 funciona en el cerro el Centro de Alto Rendimiento deportivo, el segundo en su tipo en el país, en el que se desempeñan profesionales de primer nivel.
Los niños tienen reservado un entretenido programa de actividades en el Jardín de Nieve, a cargo de instructores de esquí infantil y babysitters. También se pueden alquilar ropa de esquí e indumentaria. El refugio y la confitería ofrecen comidas rápidas, desayuno americano, tortas artesanales, chocolates, tragos y vinos calientes.
Además del esquí se pueden dar paseos en trineos tirados por Siberian Huskies, excursiones al volcán y a las termas de Copahue, motos de nieve. Aquellos que necesiten recuperar energías sólo tienen que acercarse hasta Copahue, a una distancia de 18 kilómetros, donde funciona un complejo de aguas termales sulfurosas equipado para ofrecer más de dos mil baños terapéuticos por día.
Diversión en La Angostura Ubicado a 9 kilómetros del centro de Villa La Angostura, en la provincia de Neuquén, y a 85 del aeropuerto de Bariloche, el centro de esquí Cerro Bayo tiene un entorno fantástico al que se suma el amable trato de la gente de la villa y la alegría de los grupos de jóvenes esquiadores. Ya está totalmente nevado hasta su base, donde se registran 50 centímetros de nieve pisada, aunque todavía no se han habilitado todas sus pistas.
Dispone de un total de 26 kilómetros de pistas y caminos de todos los niveles (muy difícil 15 por ciento, difícil 35 por ciento, medio 40 por ciento y fácil 10 por ciento) que van desde la base, ubicada a 1050 msnm, hasta la cumbre a 1782 msnm y cubren un desnivel esquiable de 700 metros, cuando la nieve permite llegar hasta la base. El descenso máximo ininterrumpido es de 6700 metros, combinando 4 pistas (t-bar, Del Pomita, Camino Panorámico y Caminos a la Base) y para el esquí fuera de pista están habilitadas 200 hectáreas.
Cuenta con 11 medios de elevación (4 telesillas doble y 5 telesquíes; 1 t-bar y un poma) y hay un servicio de patrullaje y seguridad constante en las pistas.
Durante toda la temporada está abierta la Escuela de Esquí y Snowboard Cerro Bayo, a cargo de instructores profesionales que dictan clases grupales, particulares y familiares para todas las edades. Para alquiler de equipos hay una variada oferta de pares de esquís entre estándar, carving y parabólicos. La atención se brinda en la base y en la plataforma intermedia, donde está el sector de principiantes. También funciona un servicio de renta de ropa, guardería de equipos, venta de accesorios y sala de enfermería. Y por supuesto que tanto en la base como en la cota 1500 hay refugios con restaurantes y confiterías; en dos de ellos permiten el pernocte en cómodas instalaciones.
Los chicos de 1 mes a 6 años pueden asistir a la guardería y jardín de nieve Los Copitos, ubicados en la base del cerro, aunque también funciona una sucursal en la parte superior. Existen varias opciones, horarios y servicios, de modo que el niño puede llegar a permanecer desde la mañana hasta el cierre de los medios de elevación (17.00 hs.).
Después del esquí, llega la hora del relax y el encuentro con los amigos en Villa La Angostura, pueblo de 6000 habitantes y capacidad de alojamiento de 1350 plazas, distribuidas en hoteles, hosterías, residenciales, cabañas y apart hoteles de primer nivel donde la atención personalizada y la calidez de sus ambientes son una constante. Su gastronomía es todo un clásico: en sus restaurantes y casas de té se puede disfrutar de la cocina regional, enriquecida por el aporte de las corrientes migratorias europeas. Ciervo, trucha, liebre o jabalí se alternan con la tradicional parrillada y las distintas versiones de goulash, fondue y raclette.