El amor por la tierra natal puede llegar a no tener límites. Y la imaginación también. Tal es el caso de Miguel Angel Rubio García, un segoviano que creó hace más de 14 años el Club de Amigos del Acueducto. La idea nació cuando Miguel Angel compró decenas de pequeñas esculturas de yeso del Acueducto y comenzó a regalarlas entre amigos, conocidos y cuanta persona encontraba por el mundo. Pero, para obtener el obsequio había una condición: llevar la figurilla en la valija y convertirla en protagonista de, al menos, una fotografía del viaje. Poco a poco se fueron sumando más adeptos a este original proyecto que, de una simpática y divertida manera, pretende dar a conocer al mundo entero este bellísimo monumento. Todas las fotografías del Acueducto en los lugares más exóticos y variados del mundo -–incluso en Argentina– están en http://acueducto.atspace.com.