Avanzamos en la noche entre los paredones del gran cañón del Parque Nacional Talampaya en La Rioja, como por un oscuro laberinto para gigantes. El vehículo se detiene en pleno cañón y comienza una caminata de media hora sobre ondulados cerros y extrañas formaciones de arenisca en permanente cambio. Volvemos al vehículo para ir hasta La Catedral y ver el contorno negro de sus agujas góticas de 100 metros de altura. El disco de plata alumbra nuestros pasos y nos proyecta una fantasmal silueta en el suelo. Alguien descorcha un vino riojano y lo comparte con el grupo, mientras vemos la luna subir hacia el centro del cielo, a medida que se achica, y cambiar de color.