La ciudad de El Calafate le debe el nombre al arbusto típico de la región, con cuyas bayas color violáceo oscuro se fabrican dulces artesanales, tan populares como los de frambuesa o rosa mosqueta. Y dicen que quien come calafate volverá a la región. Esta tradición se origina enla historia de una anciana curandera tehuelche que un día, cansada y envejecida, comprendió que no podía seguir a su pueblo y dejó partir a su tribu, esperando la muerte en soledad. Todos los seres vivos se alejaban, mientras el tiempo pasaba y volvía la primavera. Una mañana, cuando una bandada de pájaros pasó sobre el toldo de la curandera, oyó un reproche: la mujer los retaba por haberla dejado sola durante el invierno. Las aves respondieron que se habían ido porque en invierno no tenían abrigo ni alimento, y como respuesta la anciana prometió que desde entonces sí lo tendrían y ya no necesitarían emigrar. Pocas semanas después, brotó en el lugar el arbusto que hoy se llama calafate, cuyo fruto alimenta a las aves y promete el eterno regreso a quien lo pruebe.