En la Argentina hay plantaciones de olivos muy antiguas, pero de escasa extensión si se compara con el principal productor mundial, la Unión Europea, donde se producen anualmente unos 2100 millones de litros. Esto es una parte fundamental de los 2800 millones de litros que se consumen mundialmente, de los cuales la Argentina produce sólo 22 millones. Para seguir comparando, si en Italia y España se consumen al año entre 13 y 15 kilos por persona, en Grecia se toca un pico de 18 kilos y en nuestro país frenamos en los 200 gramos. Sin embargo, la Argentina es uno de los pocos países del hemisferio sur con condiciones favorables para el cultivo del olivo, junto con Chile, Uruguay, Sudáfrica, el sur de Australia y Nueva Zelanda. Los otros lugares privilegiados en el mundo están en el norte: California y el Napa Valley (siempre en la costa oeste de Estados Unidos, ya que la costa este está expuesta a vientos y corrientes desfavorables) y el muy protegido Mediterráneo, cuna del cultivo y producción del aceite de oliva.