Domingo, 12 de marzo de 2006 | Hoy
También en Rapa Nui –nombre autóctono y actual de la isla–, la historia se mezcla con la leyenda. Se supone que el rey Hotu Matua llegó a esta isla deshabitada alrededor del año 300 d.C., empujado por una tormenta. Según los relatos orales, doscientos hombres arribaron desde Polinesia a bordo de dos grandes piraguas, luego de ser derrotados en una guerra tribal.
Hacia el siglo X se desató la compulsión por construir moais, a tal punto que los esfuerzos de los diez mil habitantes de la isla estaban centrados en estos trabajos. Con el transcurso de los siglos fue surgiendo una casta sacerdotal (los Orejas Largas), que acabó sometiendo a la esclavitud a los Orejas Cortas, resignados a pasarse la vida picando piedra en la cantera del Rano Raraku. El orden social priorizó construir estatuas en desmedro de la producción de alimentos y los bosques fueron siendo talados en su totalidad. Doblegados por el hambre, los Orejas Cortas se rebelaron a principios del 1600 y terminaron quemando vivos a sus explotadores, quienes se habían hecho fuertes en el cerro Poike. De inmediato se suspendió la producción de los moais, que de ser un culto a los dioses se había convertido en un culto a la clase dominante. Fue el ocaso de un ordenamiento político que duró mil años, y como símbolo de la victoria todos los moais fueron tumbados y se les arrancaron los ojos. Por eso cuando los occidentales llegaron a la isla los encontraron de bruces en el piso.
El domingo de Pascua de 1722 la flota del almirante holandés Jacob Roggeween descubrió Rapa Nui para Occidente y la isla fue bautizada con su nombre actual. Los navegantes fueron recibidos con tanta hospitalidad que hasta pudieron disfrutar de las mujeres nativas. En Rapa Nui se desconocía la noción de propiedad privada, y así como los habitantes compartían todo con los extraños, también se consideraban con derecho a tomar lo que les gustaba de los demás. En consecuencia, se apropiaron de unos sombreros holandeses, lo cual derivó en un enfrentamiento en el que murieron trece nativos. Ante este conflicto, los marinos emprendieron urgente retirada. En 1805 un buque norteamericano secuestró a 22 hombres y mujeres para trabajar en la caza de focas. Pero a los tres días de navegación los cautivos fueron desencadenados y de inmediato lanzados al mar. Entre 1859 y 1862 ocurrió una verdadera tragedia cuando mil pascuenses fueron capturados para trabajar en las guaneras de Perú. Los pocos sobrevivientes que regresaron a Rapa Nui trajeron con ellos la lepra y la viruela, exterminando a casi toda la población (sólo quedaron con vida 111). En 1888 el comandante Policarpo Toro Hurtado tomó posesión de la isla en nombre de Chile y finalmente la evangelización borró todo rasgo de “paganismo” en el lugar. Hoy en día la mayoría de los descendientes de los antiguos pascuenses son católicos.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.