La votación en las elecciones generales chilenas para escoger al sucesor de la presidenta Michelle Bachelet y a un nuevo Congreso, cerró a las 16 (hora local).

Unos 8,3 millones de chilenos acudieron a votar en una jornada marcada por la tranquilidad, una alta convocatoria y el calor en la capital chilena, donde se concentra la mayor parte de los electores.

Los cuatro candidatos presidenciales, el favorito de derecha Sebastián Piñera, el oficialista Eduardo Frei, el independiente de izquierda Marco Enríquez y el representante del Partido Comunista, votaron temprano y sin mayores inconvenientes.

Piñera, un empresario con una fortuna de unos 1.200 millones de dólares, es el favorito para ganar la elección con un 44 por ciento de los votos, según un último sondeo previo a la elección.

En este escenario, los más probable es que Piñera se enfrente al oficialista Frei, que concita el 31 por ciento de las intenciones de voto, según la última encuesta previa.

En las elecciones de este domingo se elige también a la totalidad de miembros de la Cámara de Diputados, integrada por 120 congresistas, y a 20 de 38 senadores. En total, se constituyeron cerca de 35.000 mesas, las que funcionaron por nueve horas continuas. El gobierno prometió un primer cómputo oficial hacia las 22.

Durante la calurosa mañana que se vive en Santiago y aledaños también concurrió a sufragar Bachelet, así como una gran cantidad de los 8,2 millones de electores que están habilitados para la consulta electoral en la que compiten el candidato de derecha, Sebastian Piñera, el oficialista Eduardo Frei, el independiente Marco Eríquez-Ominami y el candidato de izquierda, Jorge Arrate.

Cada uno de los aspirantes presidenciales aprovechó el momento del sufragio para ratificar sus posiciones: Frei rechazó para Chile "un gobierno del mercado", Enríquez-Ominami dijo que hablar de pactos ahora es una "falta de respeto" a los electores, Piñera prometió hacer "un gobierno mejor" y Arrate se mostró a favor de acuerdos de balotaje, pero sin darle "un cheque en blanco a nadie".

Bachelet, en tanto, quien próxima a dejar la presidencia goza de una opinión favorable de 80 por ciento de la población, dio por descontado que habrá segunda vuelta y celebró que esta vigésimosexta elección desde el retorno de la democracia en 1989 sea "un ejemplo de tranquilidad, normalidad y transparencia que hacen de Chile un país muy respetado".

La mandataria llegó caminando desde su casa al Liceo Verbo Divino -el colegio donde estudio Sebastián Piñera- en la acomodada comuna de Las Condes, y entre aplausos y saludos se dirigió a la mesa 103 acompañada por su madre Angela Jeria.

Tras emitir su voto, la presidenta rescató la normalidad con la que se están desarrollando los comicios, lo que minutos después -a las 10 en punto- confirmó el subsecretario de Interior Patricio Rosende, quien dijo que de las 34.348 mesas habilitadas, 33.905 ya estaban instaladas (98,71 por ciento).

"Hoy se está iniciando una jornada cívica más en nuestro país, en tranquilidad, en orden" destacó Bachelet, y expresó que esta es "la elección 26 desde 1989, que han sido un ejemplo de tranquilidad, normalidad y transparencia. La jornada de hoy no va a ser distinta".

Convocó a los ciudadanos a que "vayan temprano a votar pensando en que va a ser un día muy caluroso", y sorprendió cuando dio por seguro un balotaje para definir a su sucesor: "Todos sabemos que va a haber una segunda vuelta, esta es la primera. Pero seguramente tendremos una segunda jornada en lo que todo va a funcionar como siempre".

La elección presidencial sólo se definirá en primera vuelta si alguno de los candidatos alcanza el 50 por ciento más un voto de los sufragios emitidos, algo que ninguna encuesta ha confirmado.

El candidato independiente Marco Enríquez-Ominami votó a las 11.20 en el Liceo de Zapallar, en la región de Valparaíso, acompañado por su esposa Karen Doggenweiler, y su padrastro Carlos Ominami. "Estamos haciendo historia y vamos a abrir las puertas como en el 88 con mucha gente, con los jóvenes y no tan jóvenes. Pero el de hoy es un proceso inédito", afirmó el candidato, quien volvió a rechazar la posibilidad de un entendimiento con los candidatos Eduardo Frei y Jorge Arrate.

"A horas de la elecciones quieren hacer acuerdos, eso no es respetuoso para los chilenos que hoy se están expresando", dijo Ominami al afirmar que "si hay que hacer un pacto lo haré para cambiar Chile, no para destruir a nadie. Estoy convencido que la historia nos observa y podemos decir que soplan vientos de esperanza de futuro y de cambio. Invito a mis contendores a calmarse y escuchar al pueblo que se esta expresando".

Previamente, cerca de las 11, el candidato de la Concertación y ex presidente, Eduardo Frei, votó en la localidad de La Unión junto a su esposa Marta Larrachea, quien había hecho lo propio minutos antes en Río Buena.

Llamó a "votar con tranquilidad, con el corazón y con conciencia. Hoy se definen dos maneras, dos visiones de Chile, no queremos saltos al vacío ni volver al pasado. Queremos un gobierno que se preocupe por la gente, no creemos en el gobierno del mercado". "El destino de Chile lo definimos hoy cada uno con un lápiz y un papel", afirmó el candidato que mantiene la expectativa de pasar a segunda vuelta para un balotaje.

En tanto, el candidato presidencial por la derecha, Sebastián Piñera, fue el primero de los cuatro aspirantes a la jefatura política del país en presentarse a sufragar en la mesa 126 del liceo Cervantes, de Santiago, acompañado por su esposa, Cecilia Morel, y luego dirigió un mensaje de saludo y agradecimiento a sus seguidores.

Con una amplia sonrisa, Piñera se prestó para las fotos con la boleta de votación en mano, ingresó al cuarto secreto y tras marcar su candidato mostró en alto su pulgar entintado para completar el voto, un gesto característico en las costumbres políticas de Chile. "Quiero agradecer el apoyo, el cariño que nos dieron millones de chilenos a lo largo del país. Estamos con una sensación de gratitud por el aliento, los gestos".

"Sentimos que hay millones y millones que han puesto sus esperanza de una vida mejor y a ellos les decimos que vienen tiempos mejores para Chile, muy especialmente para los que mas necesitan un buen gobierno", enfatizó a la salida del local de votación.

Pasadas las 10, también emitió su voto el candidato de la izquierda, Jorge Arrate, quien a pesar de que reiteró su llamado a "unir fuerzas para derrotar a la derecha", aseguró que no está dispuesto a darle "un cheque en blanco a nadie". "Tenemos que discutir cuestiones programáticas, pero para eso esperaremos que termine esta jornada que puede ser histórica", en referencia a la buena elección que se espera de su sector.