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"Es posible que algún sector de Estados Unidos o algún sector de aquí se haya incomodado" con el encuentro entre el presidente Lula Da Silva y su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad, observó Amorim, y agregó que "es muy incómodo que Brasil haga las cosas sin pedir permiso".

Un día antes de ese encuentro, celebrado el 23 de noviembre en Brasilia, Barack Obama envió una carta a Lula sugiriendo que disuada a Ahmadinejad de continuar con su plan nuclear.

De todos modos el diplomático brasileño descartó que en el primer escalón del gobierno norteamericano haya algún disgusto con Brasil.

"Hablé con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y no sentí ningún malestar de parte de ella" ante la cumbre de Lula y Ahmadinejad, comentó el diplomático, según la agencia ANSA.

Además, Amorim explicó que "la posición de Brasil es no tener armas nucleares" por ser firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

"Ahora, por primera vez en muchos años, el presidente Obama ha vuelto a hablar, con una retórica muy fuerte, sobre la eliminación total de las armas nucleares, pero es preciso que haya pasos concretos... Si (Estados Unidos) no se desarma, no tienen moral" para imponer condiciones a otros países, afirmó.

El argumento de Amorim va en línea con el expresado por el presidente Lula el mes pasado, durante un encuentro con la canciller alemana, Angela Merkel, cuando defendió el derecho de los países emergentes, entre ellos Brasil e Irán, a desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos.

Brasil anunció en 2007 el reinicio de su programa nuclear, congelado por décadas, que incluye la construcción de usinas en Río de Janeiro y el noreste del país así como la fabricación de un submarino propulsado a energía atómica.

Por otra parte Amorim declaró "Brasil tiene un buen diálogo con Estados Unidos e Irán y procuramos ayudar a encontrar un camino que favorezca el diálogo" entre Washington y Teherán.