"Estoy luchando para que Honduras regrese a la comunidad internacional. El diálogo con Lobo se basa en buscar acordar la agenda para que eso suceda", afirmó Zelaya en Buenos Aires, tras mantener una reunión con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, con el fin de dialogar sobre el retorno de Honduras al organismo.

Además de presenciar los festejos por el Bicentenario de la Revolución de Mayo en Argentina, el ex mandatario hondureño mantuvo reuniones con la presidenta Cristina Fernández, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el Premio Nóbel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel.

En relación al eventual regreso y a la reconstrucción del diálogo con las autoridades de su país y de la OEA, el ex presidente confió en que "todo depende de un acuerdo de paz, de reconciliación y sobre todo de no olvidar los crímenes que se han cometido, con el objetivo de crear precedentes para que esto no vuelva a suceder".

La reconciliación entre Zelaya y Lobo es la base del plan para que Honduras pueda retornar a la comunidad internacional, aunque el ex mandatario aseguró que uno de los puntos principales consiste en que "la OEA nos ayude a que este acuerdo se lleve a cabo". Los lineamientos principales de la propuesta giran en torno a que "Honduras retome la libertades públicas necesarias para que nos garanticen a todos los habitantes del país nuestros derechos y las libertades políticas que han sido suprimidas desde el golpe de Estado", enfatizó.

En ese sentido, manifestó que el "principal obstáculo" para el plan de reconciliación "es Estados Unidos, que primero denunció el golpe pero luego, por presión de la derecha republicana, terminó haciendo borrón y cuenta nueva".

"Yo le pido al gobierno americano que deje que se conozca la verdad, que no impida que se conozca la verdad. ¿Qué quieren ocultar? Porque se ha formado una comisión para ocultar la verdad, no para decirla", aseguró en referencia a la Comisión de la Verdad creada recientemente para investigar el golpe de Estado en el país centroamericano.

Además, agregó que "es injusto" que Estados Unidos "no se pronuncie sobre estos temas, que sabiendo que está perdiendo prestigio en Latinoamérica quiera desconocer lo que ha pasado en Honduras y que además de desconocerlo, quiera ocultar el golpe Estado y que haya impunidad en el país".

Según su opinión, el cambio de posición del país gobernado por Barak Obama a la mitad del proceso de diálogo sobre su restitución "debilitó a la OEA y prácticamente dividió a América Latina".

A modo de análisis general de lo sucedido en su país desde su derrocamiento hasta hoy, el ex presidente consideró que "la señal de alerta que está dando Honduras a las democracias latinoamericanas es la de no sentar precedentes para que no vuelvan a suceder las cosas que pasaron. No lo que está pregonando Estados Unidos: dejar las cosas en impunidad, olvidarse del tema, sin reconocer que hay crímenes y un golpe de Estado".

En cuanto a la posibilidad de su regreso a Honduras, sugerida por Lobo, señaló: "Yo ya regresé una vez a Honduras y fui recibido con bombas, con balazos, con rodeos de los militares, con ataques, con crueldad, con tortura. No me podía ni asomar a la ventana porque tenía un francotirador con ópticas y luces infrarrojas sobre mi frente. Me amenazaban las 24 horas".