Fogh Rasmussen consideró el documento una prueba de "la decisión y el compromiso de la OTAN" en cumplir el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU que dio luz verde a la operación, ya que pide "que todas las fuerzas militares del régimen se hayan retirado a las bases de forma verificable". Y agregó: "Para evitar víctimas civiles, necesitamos equipamiento muy sofisticado" y en especial "más aviones de combate, de alta precisión, para misiones aire-tierra".

En la mañana, varios aviones sobrevolaron la capital libia, donde se escuchó una fuerte explosión en el sector de la residencia de Bab Al Aziziya perteneciente a Khadafi.

Desde hace días, París y Londres, que asumen el grueso de los bombardeos contra objetivos terrestres en Libia, presionaron públicamente esta semana a la Alianza Atlántica para que incremente sus esfuerzos militares en su lucha contra las fuerzas de Khadafi.

En la reunión de Berlín participaron los 28 ministros de Exteriores de los países miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y de los seis países no miembros que colaboran con la operación: Jordania, Marruecos, Suecia, Ucrania, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.