Durante uno de sus últimas apariciones previas a la veda que se iniciará a la medianoche de hoy, Hollande aseguró que el respaldo a su candidatura de Bayrou no era fruto de "ningún acuerdo" con el dirigente que, en la primera vuelta, obtuvo poco más del 9 por ciento de los votos y fue considerado como el gran perdedor del 22 de abril.

Por su parte, en su último mitin de campaña, Sarkozy denunció que "el pueblo de Francia nunca se ha sentido tan insultado y manipulado como en los últimos 15 días. Se le quiere imponer una decisión a través de un pensamiento único guiado por un sistema político-mediático", del cual se consideró "víctima". Además, denunció "la intolerancia" de la campaña de su adversario e invocó repetidamente a "la mayoría silenciosa".

Si Hollande ganara la segunda vuelta, a la que están convocados 46 millones de electores, se convertirá en el primer socialista en retomar el poder desde el final del mandato de François Mitterrand, hace 17 años.