El anuncio de comicios anticipados se esperaba desde la semana pasada, cuando el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, rechazó la exigencia soberanista de Mas de negociar un pacto fiscal que permitiera a Cataluña recaudar y gestionar todos los impuestos a través de una agencia tributaria propia.

Mas, durante el inicio del debate política general en el Parlamento catalán, anticipó la intención de llamar, tras las elecciones, a un referéndum independentista al indicar que sin unas elecciones previas "sería un fraude". "Nuestro programa especificaba el pacto fiscal, pero no más allá. Una nueva etapa requiere de una nueva legitimidad", justificó el mandatario.

Pese a que su partido, la nacionalista Convergència i Unió (CiU), nunca ha llevado la independencia en su programa electoral, Mas se ha puesto al frente del clamor secesionista tras una manifestación sin parangón en la que, el pasado 11 de septiembre, un millón y medio de catalanes, según las estimaciones, proclamaron sus ansias de secesión en Barcelona.

"Son tiempos de jugársela. Y es al pueblo de Cataluña a quien toca decidir quién debe guiar y con qué fuerza este proceso", proclamó Mas en la cámara catalana. El independentismo ha ido creciendo en los últimos años entre los

7,5 millones de habitantes de Cataluña y se ha visto ahora impulsado por las consecuencias de la grave crisis económica que atraviesa España y de la que no es ajena la región del noreste, que con 44 mil millones de euros es la comunidad autónoma que mayor deuda acumula.

En Cataluña, se ha ido extendiendo la idea de que a sus habitantes les iría mejor económicamente si no formaran parte de España. "Si Cataluña fuera un Estado, se encontraría entre los 50 países más exportadores del mundo", dijo Mas al respecto.

Pocas horas antes de conocerse la confirmación del adelanto electoral, el gobierno español de Mariano Rajoy había advertido hoy a Mas de que la respuesta a su desafío independentista será "firme y serena" y tendrá como objetivo mantener la "estabilidad".

La advertencia la lanzó la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, quien llamó además a la "cordura" y al "sentido común". "La prioridad ahora debe ser cómo crear empleo, cómo salir del agujero y cómo se crea riqueza", solicitó.