El acuerdo, que formaliza una coalición de partidos que van del centro a la extrema derecha y que totalizará 70 de los 120 escaños del parlamento, será presentado al presidente Simón Peres mañana por la tarde, una vez acabado el shabat, en el último día del plazo improrrogable para hacerlo.

En un comunicado, Netanyahu prometió trabajar para "reforzar la seguridad del Estado de Israel y mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos". Por su parte, el líder de Habait Hayehudi, Naftali Benet, calificó al nuevo Ejecutivo, que podría jurar el domingo, como el de "la gran oportunidad". "Prometimos durante las elecciones encargarnos del coste de la vida, aumentar la competitividad de la economía y devolver el espíritu judío al Estado y ahora tenemos las herramientas para ello (...) La próxima semana comenzaremos a trabajar, todos nosotros juntos", indicó.

Benet encabezará un comité ministerial para el costo de la vida, centralización económica y aumento de la competitividad, mientras que Yesh Atid quedará al frente de un comité conjunto parlamentario sobre aumento del reclutamiento en el Ejército, que pretende extenderse a los ultraortodoxos.

Además de Likud Beitenu, Habait Hayehudi y Yesh Atid, integrarán la coalición otros dos partidos de centro y centro-derecha: Kadima y Hatnu'a. El nuevo Gobierno será el primero sin partidos representantes del judaísmo ultraortodoxo desde 1977, a excepción de un breve lapso de tiempo (2003-2005) en la segunda legislatura de Ariel Sharón.

Tendrá 21 ministros, frente a los 29 actuales: Likud tendrá siete carteras, Yesh Atid cinco, Israel Beitenu cuatro, Habait Hayehudi tres y Hatnu'a dos. Lapid será titular de Finanzas, Benet de Economía y Comercio y la ex ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni, de Hatnu'a, encabezará el de Justicia.