Si bien se desconoce de qué hablaron, se sabe -por el arzobispo Loris Capovilla, que fue secretario de Juan XXIII- que Benedicto XVI le dejó a Francisco un dossier de casi 300 páginas, escrito de su puño y letra, sobre otros temas diferentes al Vatileaks, según aseguró el diario italiano "La Stampa".

El papa Jorge Bergoglio partió desde el Vaticano en helicóptero y llegó hasta la residencia veraniega donde está Joseph Ratzinger, quien se retiró el pasado 28 de febrero alegando razones de salud y vivirá en Castel Gandolfo hasta que concluyan las obras de reformas del convento del Vaticano a donde se trasladará definitivamente para pasar el resto de sus días.

El papa emérito alemán lo esperó en el helipuerto apoyado en un bastón con las vestimentas blancas, propias del grado eclesiástico al que renunció. Luego se dirigieron en auto hasta el palacio apostólico y se Francisco se sentó en la parte derecha del automóvil, el lugar tradicional que ocupa el papa, mientras que Benedicto se colocó en la izquierda.

Una vez en la residencia se dirigieron a la capilla para rezar. Benedicto le cedió el puesto de honor a Francisco y este lo rechazó diciéndole "somos hermanos", tras lo cual los dos juntos rezaron de rodillas en el mismo banco.

Tras el rezo, se reunieron a solas en la biblioteca privada, donde conversaron durante 45 minutos. Bergoglio le regaló a Rátzinger un cuadro de la Virgen de la Humildad y le dijo: "Me permita, cuando lo he visto he pensado en ti por todos los ejemplos de humildad y ternura que nos ha dado en su pontificado". El alemán le tomó las manos para agradecerle.

Después del encuentro a solas almorzaron junto a los secretarios Georg Ganswein y Alfred Xuareb. Luego, Francisco regresó al Vaticano y fue despedido en el helipuerto por su antecesor.