"Aunque los conspiradores del golpe usen armas pesadas contra nosotros, nuestra calma es más fuerte que sus armas", dijo el jefe de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Badie al convocar a "todos los egipcios" a continuar su lucha por la libertad y el retorno de la legitimidad".

El gobierno de facto había ordenado a los seguidores de Mursi que abandonen los grandes sentadas en el área de Rabaa al Adawiya, en el noreste de El Cairo, y en la plaza de Al Nahda, al sur de la capital. Así y todo, miles de seguidores del presidente depuesto están acampados allí desde hace semanas, y las autoridades no pusieron una fecha límite para el desmantelamiento de los campamentos.

Los grupos locales e internacionales de derechos humanos advirtieron sobre el peligro de una matanza si la policía dispersa a los manifestantes. Más de 200 personas, la mayoría miembros de los Hermanos Musulmanes, murieron en enfrentamientos desde el derrocamiento de Mursi el 3 de julio.

Miles de islamistas se reunieron entretanto en varias mezquitas para iniciar las manifestaciones tras las oraciones del viernes. En los accesos al campamento central en Rabaa al Adawiya los activistas controlaban documentos y bolsos de los asistentes. Además, los seguidores de Mursi planean hoy varias marchas distintas, una de las cuales terminará en una de las calles con mayor circulación de El Cairo.

La policía rodeó los edificios públicos con vallas de alambre, entre ellos el Tribunal Constitucional. En la madrugada 14 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes a favor del expresidente y residentes de la provincia de Al Sharkiya.