Tras el cierre de urnas y la difusión de los sondeos a boca de urna, los seguidores de Keiko Fujimori —hija del dictador condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad y corrupción— celebraron los resultados, que la ubican con cerca del 40 por ciento de los votos, aunque quedó lejos de la mitad más uno necesaria para ganar en primera vuelta.

En tanto, en el búnker del economista neoliberal Pedro Pablo Kuzcynski también comenzaron a celebrar como un paso seguro a segunda vuelta los resultados preliminares, pese a las reiteradas advertencias de los expertos de que hay un empate técnico con la candidata del izquierdista Frente Amplio, Verónika Mendoza.

Esa incertidumbre impide que los votantes de Mendoza inicien celebraciones frente al local de campaña de la ciudad de Cusco, donde está la líder izquierdista.

El director de la encuestadora Ipsos, Alfredo Torres, había advertido que en un sondeo a boca de urna se necesita que un candidato le saque al otro por lo menos seis puntos para que sea una tendencia definitiva.

Aunque las tres encuestadoras que trabajaron con el sistema colocan encima a Kuckynski, en ningún caso la ventaja pasa de 1,2 punto. Torres indicó que es posible incluso que el conteo rápido de las empresas no despeje las dudas y sea necesario esperar que el conteo oficial llegue a un punto alto, posiblemente mañana.

Mientras tanto, la tristeza prevalecía en las sedes de campaña de los otros siete candidatos, sobre todo en torno a la casa del socialdemócrata Alfredo Barnechea, quien llegó a estar entre los posibles contendientes para una segunda vuelta, pero perdió posiciones en los últimos días.