Vie 20.05.2016

18:58  › POR MIGUEL JORQUERA

La ley salió con amplio apoyo

Como se especulaba, la bancada de Cambiemos se abstuvo y permitió que se aprobara el proyecto que impulsaba el bloque del Frente para la Victoria. Ante el fracaso de su intención de aprobar un proyecto propio, el massismo también la votó.

Luego de un extenso debate que llevó toda la noche, la ley antidespidos se votó a las 6 del jueves. Después de un mes de idas y vueltas y seis horas de debate en el recinto durante la madrugada del jueves, con diferentes posicionamientos, disputas y negociaciones cruzadas, la oposición en la Cámara de Diputados terminó por alinearse para convertir en ley la emergencia ocupacional que prohíbe los despidos sin causa por 180 días en la administración pública nacional y el ámbito privado que reclamaron como prioridad las cinco centrales sindicales al Congreso. La votación fue contundente: 147 votos a favor, 88 abstenciones de la alianza oficialista Cambiemos y un puñado de aliados provinciales, y apenas 3 en contra. Un trabajoso triunfo legislativo del arco opositor para sancionar una ley que el anunciado veto presidencial de Mauricio Macri para hoy tiñó de la misma precariedad que amenaza a las fuentes de trabajo. “Si el Presidente la veta va a existir otro veto: el de los trabajadores”, advirtió el jefe del bloque del Frente para la Victoria (FpV), Héctor Recalde. Poco antes de las 6 de la mañana, en el cierre del extenuante debate, cada bloque expuso sobre la mesa las cartas que se conocían de antemano, pero que nadie mostraba en el recinto y alimentaban la incertidumbre. Cambiemos, finalmente, se abstuvo en la votación, lo que facilitó que la “emergencia ocupacional” se convirtiera en ley. El objetivo es que el veto presidencial le ponga punto final al capítulo parlamentario que –afirmaban– “desgasta al gobierno”. El oficialismo le había bajado al pulgar a los acuerdos con el Frente Renovador (FR), donde su líder, Sergio Massa, había colaborado la semana pasada a frustrar la sesión especial convocada por el resto de la oposición y buscado colocarse en el centro del escenario político. Hubo una disputa en el interior de Cambiemos sobre la estrategia parlamentaria. El radicalismo cargó con el peso de defender en el recinto la gestión de un gobierno que no consideran de coalición y en el que reconocen su condición de socio menor “sin poder de decisión”. En el FpV aprovecharon la grieta en la alianza oficialista para impulsar la sanción sin más dilaciones. En eso trabajaron a lo largo de la maratónica sesión. A la medianoche del miércoles, afirmaban tener “122 votos consolidados” para imponer la aprobación de la ley con mayoría simple en caso de que Cambiemos votara en contra y el massismo insistiera con su proyecto, que introducía modificaciones a la media sanción de los senadores por lo que obligaba a que se volviera a debatir en la Cámara alta. Era la idea que prevalecía un día antes de la sesión. El cambio en la estrategia oficialista desacomodó al massismo. Una semana atrás el bloque del Frente Renovador amenazaba con quebrarse y Massa logró sellar la fisura la fisura gracias al acuerdo logrado con Cambiemos. Los renovadores se dividían entre mantener su propia propuesta a riesgo de hacer fracasar la ley antidespidos –que había promovido en el Congreso junto a las centrales sindicales– o tener que alinearse con la propuesta del FpV y el Bloque Justicialista. Massa terminó por convocar a una reunión de bloque a las 21 del miércoles para mantener unida a su bancada. Primó la decisión de acompañar la sanción de ley. Lo que el massismo vivió como una doble derrota: someterse a la estrategia de Cambiemos (con el que había pactado un acuerdo diferente una semana atrás) y acompañar la propuesta de FpV. Debate Con final anunciado, el debate siguió su propio derrotero. Recalde prefirió en su cierre responder a los argumentos del oficialismo en contra de la ley. Repasó las experiencias anteriores como la aplicación de una ley similar tras las crisis de 2001. “Hizo que bajara la desocupación”, señaló. “El derecho de los trabajadores ni crea ni destruye empleo. Es la política económica la que construye o destruye empleo. Lo otro distribuye con más o menos equidad el empleo que ya existe”, insistió el jefe del bloque del FpV, quien reclamó al Gobierno que “no empecemos a cortar el hilo por lo más delgado. Y a esta hora hay muchos obreros en la calle, por eso queremos rápidamente esta ley. Hay muchos despidos, esto tiene que ser un mensaje”. “En esta sesión, el resultado está cantado: se va a votar una mala ley y mañana será vetada con la imposibilidad de que la Cámara de Diputados tenga la mínima chance de volver a insistir. Entonces, ¿qué estamos votando? ¿Por qué nos estamos lastimando entre nosotros para ver cómo sacamos mejores ventajas, diciéndonos cosas, muchas de las cuales son ciertas?”, se preguntó Graciela Camaño para graficar la sensación de frustración del massismo. Le apuntó a Cambiemos: “El oficialismo ha decidido perder con la ley más barata. Por eso, no nos asombran los acuerdos a los cuales se puede haber arribado”, señaló en referencia a un supuesto acuerdo con el FpV. “El problema radica en que la única posibilidad o respuesta que tiene un trabajador es su laburo. Lo único que puede llevar a su casa es lo que produce a través de su trabajo: el salario. Esto venimos a tratar de defender acá: la posibilidad de que un trabajador siga llevando a su casa el pan de cada día”, dijo el jefe del Bloque Justicialista y dirigente del Smata Oscar Romero. Libres del Sur y el socialismo, que habían decidido encolumnarse con el dictamen massista, revirtieron sus posturas y acompañaron la aprobación de la media sanción del Senado. “Lamentamos la forma en que se ha llevado adelante la discusión. Seguramente hubiese podido ser más productiva, clara y rápida. De todos modos, quiero señalar que estoy muy satisfecha por lo logrado. Pusimos en la agenda pública de la Argentina que el desempleo o echar a un trabajador es algo malo. Y esto fue aceptado hasta por el propio presidente de la Nación”, sostuvo la socialista Alicia Ciciliani. El Frente de Izquierda dividió postulados pero acompañó la sanción de la ley. “Es un secreto a voces que esta noche hay un pacto entre el macrismo y el kirchnerismo para que pase rápidamente el mal trago, el presidente vete esta norma y se dediquen a otra cosa”, dijo Néstor Pitrola (PO). “En las últimas semanas el pueblo pudo ver en forma impúdica cómo el gobierno nacional se dedicó a cerrar filas con los empresarios para evitar una ley que ponga algún límite a los despidos y suspensiones”, aportó Myriam Bregman (PTS). “Sabemos que perdemos, que no es mayoritaria nuestra voluntad, pero no traicionamos a nadie. No nos hemos movido de lo que pensamos”, dijo el radical Mario Negri para defender la postura de Cambiemos. Dijo que la ley antidespidos “no es proporcional ni eficaz para el problema”, que “no tiene esa dimensión” y le apuntó al peronismo: “lo más importante de este proyecto de ley era pegarle un sopapo al gobierno”.

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