Los servicios hospitalarios, abrumados por el número de bajas, están a punto de colapsar por la falta de medicinas y de instrumentos, alertó el alto funcionario. "Esta situación es una crisis humanitaria, no hay otra manera de decirlo, y se agrava a diario. Lo que hay que hacer es detener las hostilidades", dijo Holmes en una conferencia de prensa.

Por ello, lamentó que ambas partes hagan "oídos sordos a los llamamientos a un alto el fuego, tal y como demuestra que unos sigan tirando cohetes y los otros continúen con su ofensiva militar".

"La población civil cada día sufre más de hambre, de frío y de falta de agua y luz, además de vivir bajo la constante amenaza de los bombardeos", insistió.

Holmes señaló que la proporción de civiles entre los palestinos muertos por los ataques israelíes parece haberse incrementado desde que el Ejército hebreo entró el sábado en Gaza.