El atentado fue el primero contra el transporte público israelí desde marzo de 2011 y se produjo cuando dos personas lanzaron material explosivo dentro de un autobús. El ataque dejó al menos 20 heridos en Tel Aviv, capital israelí, y aunque ninguna organización palestina se adjudicó la autoría, el primer ministro Benjamín Netanyahu lo calificó de "ataque terrorista".

Hamas leyó un comunicado en los altavoces de las mesquitas de la Franja de Gaza en el que reivindicó el ataque como "la respuesta natural a los crímenes contra nuestros niños". "Felicitamos a nuestro pueblo por ese acto heroico", señaló también el comunicado del movimiento islámico palestino.

"Las facciones palestinas van a recurrir a todas las vías para proteger a nuestros civiles palestinos, a falta de una iniciativa internacional para poner fin a la agresión israelí", añadió un vocero de Hamas en referencia a la operación militar "Pilar de Defensa".