El juez de la Corte señaló que "ningún acreedor iba a aceptar algo así como un concordato, que es en definitiva lo que hicimos con el 93 por ciento (de los bonistas), si sabe que puede reclamar la totalidad de las deudas que, en mucho países del mundo, son absolutamente imposibles de pagar".

Además, sostuvo que "esas deudas en algún momento habrá que recomponerlas y salir de esa situación para normalizarlas". En ese sentido, criticó que "estamos sometidos a jurisdicción extranjera mediante acuerdos que se hicieron durante los años '90 y antes, para aceptar créditos con extensión de nuestra jurisdicción a otros países".

"Habría que prohibir ese tipo de acuerdos e incluso penalizar a quien se le ocurra hacerlos", sentenció, y agregó que se trata de una "cesión de soberanía".