Domínguez asistió en representación de la presidenta Cristina Kirchner, quien no pudo asistir por el "estricto reposo" por prescripción médica. Durante su discurso destacó que Latinoamérica y el Caribe avanzaron en procesos de integración que quedaron plasmados en organizaciones como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

"Estas cumbres -remarcó el titular de la Cámara de Diputados- nacieron en un momento en el que el espacio iberoamericano cumplía un papel importante en el proceso de recuperación de las democracias en América Latina."

Esta sesión de discursos fue abierta por el presidente anfitrión, Ricardo Martinelli, quien señaló que América Latina "está cambiando" lo cual obliga a plantearse "nuevas ideas", y dijo que América es destino de inversión y origen de capital que puede ayudar mucho a Europa en sentido mutuo en una etapa tan difícil como la actual.

Destacó que habría que redefinir con nuevas prioridades la concertación política, e insistió en que la Cumbre es foro útil para promocionar la inversión de Europa en América Latina.

Por su parte el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo que compartían las aspiraciones de paz, libertad, justicia, desarrollo, legalidad, democracia, cooperación e integración regional para crear un círculo de mayor prosperidad, según publicó Prensa Latina.

El jefe del Gobierno de España, Mariano Rajoy, compartió los criterios de sus colegas y se refirió también a la "renovación" para adecuar las reuniones futuras, así como también crear un "mecanismo más eficaz". En este sentido sugirió "integrar en uno solo los organismos actuales como educación, ciencia, cultura, seguridad, juventud y ministros de justicia".