La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, criticó hoy la imposición del estado de excepción. Estados Unidos se opone a "medidas extraconstitucionales", dijo Rice en Estambul, durante una entrevista con la emisora estadounidense CNN.

La decisión del presidente Musharraf es muy lamentable, apuntó la jefa de la diplomacia estadounidense. Además, le recomendó moderación al gobierno paquistaní para que no se produzca un estallido de violencia. Nada debe poner en peligro el proceso de democratización en Pakistán, añadió.

Musharraf es un aliado de Estados Unidos en "su guerra contra el terrorismo" y su ejército libra una lucha encarnizada contra los islamistas cercanos a a los talibanes y a Al Qaida en las zonas tribales fronterizas con Afganistán.

En Londres, el canciller británico David Miliband hizo público un comunicado en el que expresaba su inquietud e instaba a Musharraf a actuar dentro de los límites de la Constitución.

Miliband admitió en un comunicado la existencia de amenazas a la paz y a la seguridad en Pakistán, pero dijo que hay que fortalecer "la democracia y el estado de derecho para alcanzar los objetivos de estabilidad, desarrollo y lucha contra el terrorismo". "Estoy gravemente preocupado por las medidas adoptadas hoy, que alejan a Pakistán de esos objetivos", agregó.

En Bruselas, el ejecutivo de la Unión Europea (UE) expresó inquietudes similares. "Pakistán necesita un rápido regreso a las leyes civiles y a la democracia", dijo a la AFP un portavoz de la Comisión.

Por su parte, Don McKinnon, el secretario general de la Commonwealth, la mancomunidad británica, calificó la decisión de Musharraf como un "paso en la mala dirección" y un "serio revés a la democracia".

Pakistán fue excluido de esta asociación de 53 países hace cinco años, cuando Musharraf se hizo con el poder.