“Vamos por la asignación universal universitaria, para que nuestros pibes puedan estudiar.” La frase del ex presidente Néstor Kirchner, pronunciada hace veinte días, despertó expectativas y abrió un debate en la comunidad académica, aunque fuentes oficiales aseguraron que aún no hay precisiones sobre la iniciativa. Desde la secretaría de la Federación Universitaria Argentina (FUA) que detenta el kirchnerismo, Pablo Barrera estimó que la medida sería “una continuidad de las políticas llevadas adelante por el Gobierno para que acceda más gente a la educación”. En cambio, el presidente de la federación, Federico Miranda (Franja Morada), consideró que la iniciativa tendría ribetes de “especulación electoral”, porque “no fueron consultados los actores de la comunidad educativa”.

La mención de Kirchner a una “asignación universal universitaria” tomó por sorpresa a más de uno, incluso en el Gobierno, pero no impidió que se abriera una discusión sobre la posibilidad de su aplicación en las casas de estudio nacionales. “La primera pregunta que nos surge está vinculada a los criterios con los que se podría implementar, porque una medida de este tipo habría que discutirla con todos los actores de la universidad y esto aún no sucedió”, dijo a Página/12 el titular de la FUA, Federico Miranda (Franja Morada). Pero el secretario general de la federación estudiantil, el mendocino Pablo Barrera (JUP), explicó que “la iniciativa está emparentada con la decisión del Gobierno de incorporar cada vez más gente al mundo de la educación, en este caso a integrar más personas a la educación superior”. Como se sabe, uno de los requisitos para percibir la vigente Asignación Universal por Hijo es que los hijos estén dentro del sistema educativo.

La instrumentación de una iniciativa afín para garantizar el acceso a la educación superior resultó atractiva para Oscar Spada, rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Spada afirmó que “para un chico que concurre a la universidad es muy importante la ayuda que se le pueda brindar para asegurar que pueda continuar con sus estudios. Pero si además lo ayuda a llegar a la universidad sería muy valedero”. En ese sentido el rector explicó que la UNRC “destina el 2 por ciento de su presupuesto para becas estudiantiles. En cualquier caso la asignación tiene que estar relacionada con el rendimiento y la participación del alumno en la universidad”, destacó.

El año electoral que se avecina atraviesa las posiciones de los sectores estudiantiles. Para el santafesino Miranda, “lo que está claro es que si se trabaja a espaldas del movimiento estudiantil, si no consultan a su organización gremial que es la FUA, lo que están haciendo es pura especulación electoral. Hay que ver si no es una veta que están buscando los sectores peronistas para generar adhesiones en aquellos lugares donde todavía no pueden conducir”, deslizó, relacionando el discurso de Kirchner con un intento de inserción de los sectores oficialistas en las universidades nacionales, donde en general no pudo hacer pie.

Pero los sectores afines al kirchnerismo desestiman las acusaciones. “El punto principal pasa por la decisión tomada que tiene el Gobierno de desarrollar cada vez más el acceso al sistema educativo, en consonancia con las leyes de Educación Nacional, de Educación Técnica y de Financiamiento Educativo”, dijo el dirigente estudiantil Barrera.

La presidencia de la FUA trabaja en un proyecto propio para desarrollar “un sistema integral que se ocupe de la contención universitaria, desde un enfoque tanto económico como desde la salud porque, si no, sería una beca”, explicó Miranda. Y agregó que “son muchos los estudiantes que además de pagar sus estudios llegan a la mayoría de edad y no tienen obra social, creemos que hay que buscar una solución. A esto se tendría que sumar el medio boleto para estudiantes universitarios”.

La secretaria general de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), Anabella Lucardi, contó que su agrupación, La Cámpora, viene preparando una propuesta de asignación universitaria que consistiría en “un estímulo económico de amplio alcance, enfocado en las clases populares. Fundamentalmente para los chicos que no están incluidos en el sistema”. Detalló que el objetivo es “democratizar la educación superior, ampliarla a todos los sectores que aún hoy se encuentran con pocas posibilidades de acceder a la universidad, pese a que es gratuita”.