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“La vigencia de los sueños”
Por Alberto Vivanco *
Como acostumbra este periódico y su sección Universidad especialmente, con fina ironía, el martes 22 de mayo en un chiste aparecía un “dirigente” de nuestra agrupación informando a los militantes que decidíamos dejar de llamarnos Venceremos para pasar a denominarnos Venceríamos, dadas las dudas que nos quedaban después de haber perdido por 70 votos la elección del centro de estudiantes de Sociales. Algunos compañeros, sobre todo algunos militantes de la facultad, se enojaron diciendo que nunca el “Página” había sido tan filoso con agrupaciones centroizquierdistas, que tuvieron un fugaz e indecoroso paso por algunas facultades, rápidamente extinguido cuando acordaron con la tristemente célebre Franja Morada la aún más triste y frustrante Alianza que no hace falta describir lo que fue ni cómo terminó. Pero el punto de esta nota no es pedir explicaciones sino encontrarlas, y vaya si lo hemos hecho durante estos días, empezando por cuando Menem resignó su porfiada intención de seguir engañando a nuestro pueblo, huyendo por la puerta de atrás como buen cobarde, y terminando con las palabras de Fidel en las escalinatas de nuestra Facultad de Derecho. Para Fidel, según recordó cuando le pedimos que hablara del Che, uno de las virtudes que más admiraba en su compañero de siempre era la fuerza de voluntad. Dijo que en México el Che intentaba todas las semanas escalar el volcán Popocatepetl y que, aunque nunca lo lograba, jamás se daba por vencido y volvía a intentarlo.Y es que esa mala costumbre que tenemos los argentinos no ha sido buena consejera, la costumbre de pensar la derrota o la victoria durante el transcurso del vuelo de una estrella fugaz; no es esa nuestra concepción de victoria, nosotros creemos que las victorias se construyen, más en nuestra patria, que fue tan derrotada por la dictadura militar. Cuando fundamos nuestra agrupación allá por el 90, la derrota de nuestro pueblo (y por ende la de los que nos consideramos agrupaciones del campo popular) se profundizó, y sin embargo decidimos apostar a la construcción de un sueño por venir, éramos poquitos y no teníamos la extensión y representación de hoy, sin embargo no compramos el verso del modelo neoliberal ni del posibilismo, y decidimos embarcarnos en una empresa larga pero hermosa, la de organizarnos los jóvenes para aportar desde ese lugar a la construcción de una Patria digna, justa y soberana. Tras poco más de una década, habiendo sufrido muchas más derrotas que victorias, escuchábamos el discurso de uno de los mayores líderes de la historia de Latinoamérica. Con un mensaje tan humano como actual, “al poder de la fuerza lo derrotamos con el poder de las ideas”, dijo. Ninguno de los miles que estábamos allí, jóvenes la mayoría, dudamos de cuál es la responsabilidad que como generación nos cabe, tenemos la responsabilidad de vencer, y Venceremos.
* Coordinador nacional de la Agrupación Venceremos.