“Para la universidad pública es central ofrecer una formación fuerte en un área clave para la sociedad como es el periodismo, un área que no puede quedar librada a las empresas de medios y a la universidad privada.” El decano Federico Schuster resumió así las razones que llevaron a la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) a poner en marcha una maestría en Periodismo, “una deuda que tenía la facultad”. Dirigida a graduados universitarios y también a profesionales con experiencia periodística, el posgrado comenzará a dictarse en abril con el foco puesto “no en perfeccionar el oficio periodístico, sino en reflexionar sobre la actividad, sobre el campo y los medios, y también en proporcionar elementos que permitan generar proyectos alternativos y autónomos”, dijo a Página/12 Damián Loreti, director de la carrera de Ciencias de la Comunicación.
La creación de la maestría en Periodismo comenzó a gestarse en Sociales hace más de dos años, a partir de una demanda real de los graduados y frente a un mapa académico porteño en el que la oferta era puramente privada y de alto costo.
“Hacía falta una formación más específica en periodismo, amplia y no ligada al interés de las empresas, que tenga salida profesional pero también una mirada crítica –siguió Schuster–. Es un proyecto de interés público, porque se trata de una formación que debería tener, a mediano plazo, un impacto en el modo en que se hace periodismo en Argentina.” Para Pablo Alabarces, secretario de Posgrado de la facultad, la apuesta es “muy ambiciosa, en el sentido de que es una política educativa pensada para formar profesionales que puedan transformar la sociedad”.
La cursada de la maestría tendrá una duración de dos años, con clases dos veces por semana y, para aprobar, requerirá la presentación de una tesis. El primer año será común con la también flamante carrera de especialización en Planificación y Gestión del Periodismo. Los contenidos de esa cursada versarán, fundamentalmente, “sobre planificación y gestión de la actividad, sobre cómo se instala un producto periodístico, su relación con los diversos soportes posibles y también con el mercado. Ningún otro posgrado en periodismo da esto”, contó Loreti. Quienes completen ese primer año recibirán un diploma de especialistas. El segundo año se abocará a la investigación, con seminarios dedicados a los dilemas éticos del periodismo, la sociedad de la información, las corrientes del periodismo argentino y el internacional, y otros seminarios optativos centrados en el periodismo y la política, la cultura o la sociedad.
Además, se prevé “articular la maestría con cursos de otras facultades, de acuerdo con los intereses de los maestrandos. Por ejemplo, si a alguien le interesa el periodismo económico, o el jurídico, podrá tomar cursos en Ciencias Económicas o en Derecho”. Bajo la dirección de Washington Uranga, la planta docente combinará perfil académico y trayectoria profesional.
La inscripción, que está abierta hasta el 30 de marzo, no se limita a graduados provenientes del campo de la comunicación. “No todos los periodistas profesionales se formaron en comunicación o periodismo. Hay muchos abogados, médicos, que se dedican a la profesión –explicó Diego De Charras, secretario académico de Ciencias de la Comunicación–. De algún modo, se trata de que ellos también puedan tener una formación específica que les permita reflexionar sobre el campo.” Incluso, podrán anotarse en la maestría periodistas no graduados que acrediten cierto desarrollo en la profesión. Los interesados pueden comunicarse con la Secretaría de Posgrado, que funciona en el oficina 107 de Marcelo T. de Alvear 2230, teléfono 4508-3800 (interno 112), correo electrónico [email protected]
Si bien aún en la UBA el posgrado está arancelado, “la Facultad de Ciencias Sociales debe tener la política de gratuidad en posgrados más amplia del país –estimó Alabarces–. Los docentes de la facultad no pagan y estamos trabajando para poder extender la gratuidad a todos nuestros graduados”.