Por primera vez desde la restauración democrática, el lunes está convocada la asamblea para modificar las normas que rigen la universidad. Las principales propuestas. La FUBA se movilizará.
› Por Julián Bruschtein
La asamblea de la Universidad de Buenos Aires (UBA) convocada para reformar el estatuto está finalmente a un paso de realizarse, después de años de reclamos y postergaciones. Entre la mayoría de los 236 asambleístas existe consenso para que el encuentro se concrete este lunes, desde las 9, en el Colegio Nacional de Buenos Aires, tal como está previsto. Los estudiantes de la FUBA y parte de los docentes convocaron a una movilización para exigir la democratización de la universidad y la realización de un plebiscito, aunque aseguraron que en principio no bloquearían la asamblea, como hicieron el año pasado en cinco oportunidades. Si los asambleístas pueden entonces sesionar, se espera que comience a tratarse la modificación de los artículos referidos al presupuesto y la administración de la UBA, la institucionalización de lo que hoy es el Ciclo Básico Común (CBC), la jubilación de los docentes, la representación de los profesores interinos, entre otras cosas. Por la polarización de las posiciones en juego, la discusión más compleja será la referida al cogobierno académico. De todos modos, nadie cree que la reforma vaya a agotarse en una asamblea y se calcula que habrá otros encuentros en los próximos meses.
Desde que la democracia volvió a instalarse en el país en 1983 es la primera vez que se convoca a una asamblea para reformar el estatuto que rige la UBA desde 1958. El rectorado de la UBA informó que “no habrá medidas de seguridad por fuera de lo normal, como la acreditación de los asambleístas” y que la asamblea será “pública y podrá presenciarla cualquiera que así lo requiera”. Afuera del colegio habrá “pantallas y un sistema de sonido” para aquellos que no puedan ingresar debido a “las limitaciones de espacio”. Como se recordará, después de sucesivas protestas y suspensiones durante casi ocho meses del año pasado, la asamblea terminó realizándose a puertas cerradas, con guardia policial y en el Congreso.
El lunes los protagonistas serán los mismos que participaron de aquella polémica asamblea: representantes de profesores, graduados y alumnos de todas las facultades, más los decanos y miembros del Consejo Superior. Políticamente, a grandes rasgos, habrá una mayoría formada por sectores radicales, peronistas y aliados, el bloque que encumbró al rector Rubén Hallú. Como primera minoría, un espacio de centroizquierda, encabezado por los llamados “cuatro decanos” (ver aparte), entre ellos el vicerrector Jaime Sorin. Además de sectores independientes, también estarán presentes sectores de izquierda, la FUBA incluida.
En las comisiones de debate que se reunieron en los últimos meses para consensuar los proyectos de reforma, se produjeron algunos acuerdos que anticipan en qué aspectos habrá avances. La comisión de presupuesto produjo el despacho de un proyecto único para modernizar y adecuar a las leyes vigentes el manejo presupuestario, patrimonial y administrativo de la universidad, centralizado “bajo la dependencia del rector”. En las otras tres comisiones hubo distintos niveles de consenso pero quedó abierto el debate, sobre todo en los temas vinculados a la forma y la representación en los órganos de gobierno. Entre otros temas importantes que se acordó reformar se encuentran: la reorganización del CBC –al que se pretende dar mayor grado de institucionalidad–, organizar un sistema único de bibliotecas y dar nuevas atribuciones al Consejo Superior para que funcione como un ámbito que defina pautas estratégicas de carácter plurianual para la universidad.
Hasta el lunes a la mañana quedará abierto el interrogante sobre si los estudiantes enrolados en la izquierda dejarán que se realice el encuentro. Con el argumento de que la UBA está “copada por privatizadores”, y que “de esta asamblea no puede salir nada bueno”, la FUBA, junto con el gremio docente AGD, convocó “a todos los trabajadores y estudiantes de la universidad a una gran movilización que ponga en jaque los intereses privatistas de estas camarillas”. Juan Pablo Rodríguez (PO), dirigente de la federación, confió a Página/12 que buscarán “garantizar que se toquen los temas importantes de la UBA”. Y detalló: “Vamos a participar, pero sabiendo que esta es una asamblea ilegítima, que no está dispuesta a reformar el gobierno de la universidad”.
Un conjunto de agrupaciones del sector kirchnerista estudiantil también llamó a una movilización hasta el Nacional de Buenos Aires, pero con posturas diferentes a las de la izquierda. En diálogo con este diario, dirigentes de organizaciones de este espacio explicaron: “No se está discutiendo la cuestión de fondo, que es la necesidad de vincular a la sociedad con el debate acerca de qué universidad queremos”.
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