–¿Qué se llevaría Urdapilleta a una isla desierta?

–Unos cuantos libros y cantidades industriales de material alcohólico. De hecho, se fue una vez a una isla al Caribe y se la pasó chupando en el cuarto del hotel sin abrir las persianas. Nunca vio el mar.

–¿Urdapilleta ronca?

–Nadie me va a creer, pero no sé.

–¿Cuál es el placer culposo de Urdapilleta?

–-Tiene todos los placeres y absolutamente todos le dan culpa.

–¿A quién elegiría Urdapilleta para una noche inolvidable: Rupert Everett, Terence Stamp, Dolph Lundgren?

–Andá a saber, creo que a cualquiera con el que pudiera agarrarse una buena borrachera. Y si son los tres, serán los tres. Con Jessica Lange como estrella invitada.

–¿Cuál es su bien más preciado?

–Tiene pañuelos por todos lados. Les enrosca las puntas, como si fuera un rezo, y los pierde.

–¿Cuál es su prócer favorito?

–El padre fue gobernador de Jujuy, y la gente iba a cantarle serenatas abajo de la ventana de su casa y ese tipo de idolatrías: tuvo un prócer en la familia, pero no creo que respete mucho a los próceres.

–¿Qué es lo que consume compulsivamente?

–Todo tipo de alcohol. Pero no es fetichista con las botellas: bebe el contenido y las saca afuera.

–¿Cuál es su mentira más eficiente?

–Atender el teléfono como si se estuviera muriendo.

–¿Cuándo se conocieron, y qué pasó?

–Nos conocimos en el Parakultural, empezamos a trabajar y Alejandro se vino a vivir a casa. Aunque seguro que el guacho va a decir que traté de seducirlo con alguna cosita.

–¿Qué haría Urdapilleta si ganase los 40 millones del Loto?

–Se retira. Y después volvemos con toda la furia en el programa de tele que nadie nos quiere pagar.

–¿Qué es lo que más odia en el mundo?

–A los trepadores. Y los que le dicen “mi amorcito” y lo abrazan, y no lo conocen.

–Si Urdapilleta escucha una sirena, en qué piensa primero: ¿en la policía, en una ambulancia o en los bomberos?

–Con lo paranoico que es, en los tres a la vez.