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› “PRESENTANDO A PANCHO VILLA”
La revolución en el patio trasero
La producción de HBO, que llega directo a video, se basa en una presunta película de Hollywood, de 1914, en la que Pancho Villa habría hecho de sí mismo.
› Por Horacio Bernades
¿Filmó Hollywood un documental sobre Pancho Villa, en plena revolución mexicana? Sobre esta incerteza se monta Presentando a Pancho Villa, producción especial de HBO que aquí todavía no pasó por el cable, y que el sello AVH editó recientemente en video. Jugueteando con el carácter improbable (pero posible) del asunto, el cartel inicial parecería imaginado por algún maestro de la paradoja y de la ambigüedad. “La total improbabilidad de los hechos que se narran indica que seguramente habrán sucedido”, dice el cartel. Y sin embargo en los libros de historia figura una película llamada The Life of General Villa, filmada por el hoy desconocido Christy Cabanne en 1914. Pero está perdida para siempre, posiblemente desechada por el propio estudio que la encargó.
Lo que es más discutible, en tal caso, es que esa película haya sido un documental, teniendo en cuenta que su ficha técnica (se la puede consultar en www.imdb.com) incluye el detalle del elenco. Allí aparece, sí, un tal Pancho Villa, haciendo de sí mismo. La filmación de The Life of Pancho Villa, la curiosa ligazón de intereses mutuos entre el caudillo mexicano y la naciente industria hollywoodense, las relaciones de odio y fascinación entre gringos y revolucionarios (y entre una revolución y su repercusión mediática) son temas de Presentando a Pancho Villa (título original: And Now Presenting Pancho Villa as Himself). No le faltan nombres rutilantes a esta producción de HBO, empezando por don Antonio Banderas como Villa y siguiendo con el australiano Bruce Beresford (Después de la emboscada, Conduciendo a Miss Daisy) en la dirección. El guión fue escrito por Larry Gelbart, que firmó los de Mash y Tootsie, entre otros, y acompañan a Banderas Alan Arkin (¡como mercenario judío neoyorquino en México!) y el británico Jim Broadbent.
¿Cuánto hay de cierto y cuánto de inventado en Presentando a Pancho Villa? Tanto como habrá habido en la propia The Life of Pancho Villa, que, tal como se la muestra aquí (pero recordemos que nadie vio esa película) se toma libertades bien hollywoodenses para narrar la vida del caudillo nacido en San Juan del Río en 1878. Corre el año 1914, y las acciones militares de Villa van muy bien. Hasta el punto que desde el comienzo de la Revolución, cuatro años antes, ya volteó dos presidentes. Lo que no está nada bien es la imagen que de él tienen los gringos del norte, gracias a los invalorables servicios de William Randolph Hearst. Habituados a confundir negocios privados con ética periodística, los medios que responden a Hearst presentan al hombre de mostacho y sombrerazo aludo como Enemigo Público Nº 1 del mundo civilizado. Todo porque Pancho anda confiscando propiedades a lo loco, en su versión propia y salvaje de la reforma agraria. Y muchas de esas propiedades pertenecen a terratenientes estadounidenses. Incluyendo al propio Hearst, por supuesto. ¿Qué hace Pancho entonces? Una oferta que los empresarios del cine no pueden rechazar. Si le pagan 25.000 dólares en barras de oro y un porcentaje de las ganancias (se ve que, a la hora de los negocios, el hombre no era ningún nene de pecho) les permitirá ...filmar la revolución en directo. Si esto es hoy todavía un sueño difícil de alcanzar por parte de la industria audiovisual, imagínese lo que representaría en aquel entonces, cuando el cine recién daba sus primeros berridos. De hecho, el hombre que le permitió dejar los pañales para siempre aparece aquí, aunque de modo tangencial. Ocupado en rodajes (y en starlettes) que le interesan más, David W. Griffith (encarnado por el actor Colm Feore) se ocupará de supervisar la producción junto con su socio, el mandamás de la Mutual Film Corporation, Harry Aitken (el británico Jim Broadbent). Con un joven productor, Frank Thayer (el poco conocido pero muy eficaz Eion Bailey), a cargo del proyecto, la filmación de la Revolución se pone en marcha.Con un Banderas con bandera verde para llevar al tope su estereotipo de macho latino temperamental y salvaje, la película de Beresford & Gelbart despliega más temas de los que puede abarcar. Hay una historia de pérdida de la inocencia en el relato del joven e inexperto Thayer, que se deja subyugar por el líder de energía casi adolescente, antes de comprobar a sangre y fuego su despiadada brutalidad. ¿Pero hasta qué punto esta pintura del líder revolucionario no le viene como anillo al dedo a la idea yanqui del “patio trasero”? De todas las preguntas que plantea, ésta es una que Presentando a Pancho Villa deja, como es obvio, sin contestar.