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EL SECRETO DE VERA DRAKE,
de Mike Leigh. Con Imelda Staunton, Richard Graham y Eddie Marsan.
2004, 125 min. Transeuropa.

Atravesando sin duda una fase culminante de su carrera, después de la maravillosa A todo o nada, el británico Mike Leigh vuelve a la carga con esta otra inmersión a fondo en el mundo de aquellos a quienes, si algo les sobra, son carencias de todo tipo. En este caso, Vera Drake y los suyos, familia de clase media baja en la Londres de posguerra, parte de cuya sobrevivencia es producto de los abortos ilegales que la mujer practica. Pero cobra en especias del mercado negro. Lo de Vera es un servicio a los demás, prestado con la mayor generosidad y desprendimiento por una mujer para quien servir al prójimo parecería ser la llave de la felicidad. A partir del momento en que es detenida, Leigh la filma como a una Juana de Arco, alcanzando momentos francamente sublimes y recordando, de hecho, a otras Juanas del cine.



REENCARNACIÓN,
de Jonathan Glazer. Con Nicole Kidman, Danny Huston, Lauren Bacall y Cameron Wright.
2004, 100 min. AVH.

Formado junto a Buñuel, lo extraño es el terreno propio del guionista Jean-Claude Carrière, que aquí reaparece, tras larga ausencia, con una fábula que lleva su firma. Si toda fábula entraña una moraleja, cuál será en esta historia, en la que un niño dice ser el marido muerto (y reencarnado) de la señora del piso de arriba. Todo transcurre en un edificio de alta categoría, en medio de una familia de alcurnia, y sucede justo cuando la viuda (Nicole Kidman, morocha y con cejas aterradoramente delineadas) estaba por casarse en segundas nupcias. A partir del momento en que la señora decide creerle al chico todo parece funcionar como una metáfora justificadora del abuso infantil, pero basta recordar el amor loco entre Charlotte Rampling y un chimpancé (en Max mon Amour) para tranquilizarse.



EXTRAÑO,
de Santiago Loza. Con Julio Chávez, Valeria Bertuccelli y Chunchuna Villafañe.
2003, 88 min. SBP.

El Nuevo Cine Argentino estaba poblado de gente de pocas palabras, y a esa saga se suma ahora el Julio Chávez de Extraño. En este caso, no se trata de no poder expresarse o no saber hacerlo, sino de no querer: algo (algo hondo y doloroso) parece haberle sucedido a este ex cirujano, que llevó a que su relación con el mundo sea la que el título indica. Lo interesante de Extraño es que Santiago Loza, director y guionista de la película, mantiene eso inexplicado, apenas como un dato dado: así está Axel en el momento en que la película ocurre, y el espectador deberá tomarlo o dejarlo. Para quien lo tome, la ópera prima de Loza es toda una experiencia sensorial y plástica, gracias a Chávez, la parturienta Bertuccelli y el exquisito trabajo del director de fotografía Willi Behnisch.




LA MALDICIÓN DEL ANILLO,
de Uli Edel. Con Benno Fürmann, Kristanna Loken y Max von Sydow.
2003, 184 min. LK-Tel.

Tras una larga radicación en Hollywood, el alemán Uli Edel vuelve a su país para filmar esta miniserie televisiva de tres horas, coproducción con Gran Bretaña, que abreva una vez más en la más antigua de las leyendas germanas, la de los Nibelungos. Benno Fürmann (coprotagonista de Corre, Lola, corre) es aquí Sigfrido, el huérfano que, criado por un herrero (un rejuvenecido Max von Sydow), recorrerá todos los pasos que harán de él un héroe. Realizada a la sombra del megaéxito de El señor de los anillos (Tolkien se basó en esta saga, entre otras tradicionales), a la sombra es aquí la frase clave. No porque sus hacedores merezcan la cárcel sino porque esta aventura clásica, demasiado seria y solemne, palidece frente a la de Peter Jackson y, de paso, frente a los Nibelungos de Fritz Lang.