El circuito de fiestas queer que la rompe en la noche alternativa
En un contexto virtual donde el paisaje que predomina es un escrolleo eterno de influencers bailando atomizadas un rectángulo, las pistas de baile queer pueden ofrecer una dimensión nocturna hacia un entramado de goce colectivo, extravagancia, sensualidad, transmisión de conocimiento y hedonismo subversivo. Espacios, en términos del investigador de la historia de los afters Leo Felipe, de construcción y reconstrucción de burocracias de lo íntimo. Las hubo y hay más escurridizas y sin nombres de las que ahora quedan reminiscencias nostálgicas y también otras que son instituciones, como la Plop o la LOCA. Las productoras de la Hiedra y Fagot y las programadoras del Puticlub, tres espacios independientes que en su momento fueron emergentes y hoy ocupan un lugar de referencia dentro de esta galaxia, reflexionan sobre lo underground, lo mainstream, las drogas y prácticas de esta producción cultural.
