“Cuantas más exportaciones, menos posibilidades de corridas cambiarias de los ‘antipatria’. Porque generar los dólares da soberanía.” Con esas palabras, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dio por concluida la misión comercial que ayer tuvo lugar en San Pablo, de la que participaron casi seiscientos empresarios argentinos. Durante la jornada se pudieron cerrar algunos buenos negocios, como en calzado y alimentos, y el Gobierno avanzó para que productos con histórica dificultad para ingresar al mercado vecino puedan hacerlo, por ejemplo naranjas y medicamentos. En otros sectores, la presencia brasileña fue menor a la esperada.

Los empresarios argentinos manifestaron satisfacción por el encuentro, como el caso del titular de la Unión Industrial Argentina, José de Mendiguren, quien destacó la “fuerte impronta de negocios y de contactos directos entre los empresarios de los dos países”. Es la segunda misión comercial que organiza Moreno, quien recorrió las mesas bilaterales de negocios de cada sector junto a su par de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. A principios de marzo, el funcionario encabezó un multitudinario viaje de negocios a Luanda, capital de Angola.

El encuentro copó tres de los dieciséis pisos del edificio que tiene la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp). El titular de esa entidad, Paulo Skaf, ofreció una conferencia de prensa donde estimó que la Argentina potencialmente puede incrementar sus ventas hacia Brasil por unos seis mil millones de dólares. También Mendiguren dijo que la intención es que Argentina abastezca seis mil de los treinta mil millones de dólares que Brasil actualmente adquiere por fuera del Mercosur.

El déficit comercial bilateral para Argentina fue de 4242 millones de dólares en 2011. Desde 2006, acumula un rojo de más de veinte mil millones de dólares. Ese dato es continuamente recordado por el gobierno argentino a la hora de discutir la política comercial bilateral. “Para procurar un equilibrio en la balanza comercial, quiero que Brasil pueda pasar a comprar más productos argentinos que de otros países”, dijo Skaf. Agregó que “hay un compromiso recíproco para reducir las barreras comerciales que hoy, sabemos, son mayores del lado argentino”.

La jornada arrancó a las nueve de la mañana, terminado el desayuno, y en cada mesa se instaló una actividad manufacturera hacia donde los empresarios brasileños se fueron acercando. Luego de un almuerzo de una hora, la actividad se retomó hasta las cinco de la tarde.

En el brindis de cierre del encuentro, Moreno resumió a los empresarios algunos de los avances. Indicó que en el sector de medicamentos, los laboratorios tienen problemas para vender en Brasil, por carecer de certificados. Ahora se solicitará que la certificación de la Anmat sea reconocida en el país vecino. “Nuestras naranjas no enferman a nadie”, agregó en relación con la dificultad para exportar esa fruta, motivo por el cual hoy comienza una negociación, similar a lo que acontece con las pasas y los langostinos. “Cuantas más notas de pedido de productos argentinos, menos posibilidades de corridas de los ‘antipatria’”, aseguró, fiel a su estilo, Moreno. “Porque generar dólares da soberanía. La acumulación debe hacerse en la producción y no en las finanzas y eso se logra con la fuerza de la venta”, completó el funcionario.

El sector de calzado resultó uno de los más conformes con el encuentro. “Nos fue fantástico, pudimos cerrar una operación por cinco mil pares de zapatos de cuero para hombre, por 300 mil dólares en total, y avanzamos en varias ventas más”, indicó a este diario Horacio Moschetto, secretario de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC). En el sector textil, Marco Meloni, presidente de la fundación ProTejer, dijo a Página/12 que “hubo mucho movimiento, especialmente en el segmento premium, con algunas marcas en particular”. Un empresario se llevó una promesa de cerrar un negocio para vender a Brasil unas treinta mil camisas por año. Augusto Santucho, de la Asociación de Jóvenes Empresarios Pymes, indicó que “se detectaron importantes oportunidades de negocios en la industria farmacéutica y en productos alimenticios, donde la industria argentina es de excelencia”.

En marroquinería, por ejemplo, la jornada fue menos provechosa, ya que no asistieron empresarios brasileños interesados en negocios en suficiente cantidad. “Los empresarios estamos contentos con la misión, obviamente los que vendieron, pero los que no también, porque siempre es venta que realiza nuestro país”, señaló a este diario Raúl Zylbersztein, secretario de la Confederación General Empresaria (Cgera). En la reunión con el embajador Luis Kreckler y los cónsules en distintas partes del territorio brasileño, Moreno arengó a los funcionarios para que promocionen los productos argentinos.