Nilda Garré se despidió ayer de su rol como ministra de Defensa durante el acto de entrega de sables a la nueva promoción de oficiales de las tres armas que se llevó a cabo en el Colegio Militar, en la localidad bonaerense de El Palomar. Junto a ella, la presidenta Cristina Fernández dio un discurso con guiños a la funcionaria, que desde hoy ocupará la flamante cartera de Seguridad (con poder sobre las policías Federal y de Seguridad Aeroportuaria, la Gendarmería y la Prefectura), y a quien ayer se anunció será su reemplazante, el ex gobernador santacruceño Arturo Puricelli. Ambos prestarán juramento esta tarde, desde las 17, en el Salón Blanco de la Casa Rosada.

Cristina comenzó su breve discurso ante los más de 200 egresados (y egresadas, aunque pocas) del Ejército, la Armada y la Marina elogiando la gestión de Garré durante los cinco años que ocupó su despacho en el Edificio Libertador. Con ella al frente, destacó, se pudo “fijar definitivamente de acuerdo con la Constitución nacional el principio general que rige la defensa de nuestra patria” y “diseñar y llevar a cabo la ingeniería institucional que permitió poner al frente de las Fuerzas Armadas a civiles”. La acompañaban, además de la ministra, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier Jorge Chevalier, y los responsables de las tres armas: el general Luis Pozzi (Ejército), el almirante Jorge Godoy (Armada) y el brigadier Normando Constantino (Fuerza Aérea).

De tradicional uniforme blanco, frente a ellos, los cadetes, con sus Blackberries, tomaban fotos de la Presidenta, que luego seguramente subirían a las redes sociales como recuerdo de su último día de formación. Cristina Kirchner pareció anticipar lo que será la gestión del designado Puricelli. No es un dato menor que el santacruceño se desempeñara hasta ayer como titular de Fabricaciones Militares si la mandataria hizo hincapié en “incorporar a las Fuerzas Armadas a un proyecto de país que tenga como ejes la industria, la ciencia y la tecnología”. De hecho, anticipó que “el próximo ministro avanzará con la informatización” de la actividad militar y confió que ya hubo reuniones entre Puricelli y el responsable de la cartera de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao.

También volvió a resaltar, como en ceremonias similares de los últimos años, que “el gran desafío por delante durante el siglo XXI será la defensa de los recursos naturales”. En ese sentido, destacó que América del Sur cuenta con el 44 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta, el 36 por ciento de las de hidrocarburos fósiles (petróleo y gas) y nada menos que un cuarto del total de tierras cultivables de la faz de la tierra, de las cuales gran parte –resaltó– pertenece a la Argentina. “Esto nos exige repensar y construir nuevos paradigmas”, sentenció, dándole un marco a lo que será la gestión del sucesor de Garré.

Tras el acto, la funcionaria dialogó brevemente con la prensa y dio indicios sobre el perfil que tendrá su gestión como conductora civil de las fuerzas de seguridad. “La represión no es el camino para resolver estas situaciones que quizás se fueron incubando desde hace mucho tiempo”, sostuvo, en referencia a las tomas de espacios públicos y privados por parte de gente en emergencia habitacional que se multiplicaron en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano durante la última semana. “Esos temas se van a resolver con madurez, con reflexión y con diálogo”, agregó, en concordancia con la política oficial sobre el tema.

Garré asumió el Ministerio de Defensa en diciembre de 2005, por decisión del entonces presidente Néstor Kirchner. Desde ese rol, se abocó durante un lustro a promover las reformas necesarias para modernizar definitivamente un sector que todavía funcionaba, en muchos aspectos, de la misma forma en que lo hacía durante la última dictadura. Su mandato reglamentó (tras 18 años de espera) la Ley de Defensa nacional, sancionada en 1988, y a partir de ahí consolidó la conducción civil de las Fuerzas Armadas, reformó (y limitó) los sistemas de justicia e inteligencia militar.