La Coalición Cívica se va desgajando lentamente. A la sangría que se inició hace unos meses con el complicado armado de listas y el pronóstico de una época de vacas flacas para su líder, Elisa Carrió, se sumó ayer otra pérdida de una dirigente histórica del ARI, el partido de centroizquierda fundado por Lilita en 2003. Se trata de la diputada Marcela Rodríguez, reconocida por su tarea parlamentaria y su rol como integrante del Consejo de la Magistratura, quien decidió abandonar el bloque de la CC para armar un monobloque. “Este espacio político ha dejado de representarme, así como yo no represento a dicha Coalición”, sostuvo la legisladora en un breve comunicado.

Marcela Rodríguez mantenía desde hace mucho tiempo un bajísimo perfil, producto de sus diferencias con el rumbo que tomó la Coalición comandada por la chaqueña. Desde entonces se limitaba a su trabajo parlamentario, especialmente en temas de género y derechos humanos. Más allá del breve comunicado de ayer, Rodríguez se llamó nuevamente a silencio, sin profundizar en los motivos que desencadenaron su alejamiento definitivo.

“El bloque todavía no tiene nombre. Eso sí, va a ser un bloque unipersonal”, se limitaron a responder sus colaboradores a Página/12. La diputada fue reelecta en 2009, por lo que tiene mandato por dos años más.

“No está bueno que pase a una semana de las elecciones. Lo lamentamos mucho. Es una excelente legisladora y va a seguir siéndolo”, sostenían con tristeza los lilitos de la Cámara baja, donde la Coalición Cívica pasará a tener 18 bancas. En octubre renovará 11 de esas 18 bancas: cuatro por Capital Federal, cuatro por la provincia de Buenos Aires, dos por Córdoba y una por Santa Fe. Entre los que no renovarán su mandato se encuentran varios dirigentes históricos del ARI como Adrián Pérez, candidato a vicepresidente, y Elsa “Tata” Quiróz, candidata a vicegobernadora bonaerense.

El proceso de conflicto interno en la CC tiene ya varios años. Dirigentes le achacaban en privado a Carrió el “desperfilamiento” del partido, que en sus orígenes estaba ubicado en la centroizquierda. La incorporación de Patricia Bullrich, de Unión por Todos, y de extrapartidarios como Fernando Iglesias o Alfonso Prat Gay había producido diferencias en 2007 y 2009, que volvieron a manifestarse en este armado de listas. Los dos primeros lugares de la nómina por Capital para Bullrich e Iglesias produjeron cortocircuitos con Fernanda Reyes y el sector de Jóvenes por la Igualdad, a quien le habían prometido ese lugar.

En la provincia de Buenos Aires, el diputado Héctor “Toti” Flores le cedió la cabeza de la lista al ruralista Mario Llambías, de Confederaciones Rurales. Como consecuencia, Sebastián Cinquerruí, el último miembro fundador del ARI que quedaba en la Coalición Cívica, migró hacia el Frente Amplio Progresista que lideran Hermes Binner y Margarita Stolbizer.

A todo eso, la decisión de no hacer alianzas con ningún partido a nivel nacional ni local tuvo una primera gran consecuencia en la ciudad de Buenos Aires, que supo ser el bastión de Lilita y donde hace unas semanas sacó el 3,3 por ciento con la senadora María Eugenia Estenssoro como candidata a la Jefatura de Gobierno. Estenssoro también había considerado abandonar la CC, luego de que la noche de su derrota Lilita festejara el triunfo de Mauricio Macri como propio.

En este contexto, la decisión de Rodríguez no causó sorpresa, aunque llamó la atención el momento. Las consecuencias de la estrategia de la CC se verán en la elección del 14 de agosto y en los días siguientes.