Lunes, 7 de mayo de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › COMIENZA LA SERIE DE 30 DECLARACIONES DE LOS IMPUTADOS POR EL CHOQUE DEL TREN EN ONCE
Carlo Ferrari, presidente de TBA, y Oscar Gariboglio, vice de Cometrans, que explota TBA, comienzan hoy la rueda de 30 indagatorias. Los temas centrales del expediente judicial. En junio seguirán Schiavi, Jaime, los Cirigliano y el maquinista.
Por Raúl Kollmann e Irina Hauser
Esta mañana, a las 10, dará comienzo la serie de 30 indagatorias sobre la tragedia de Once. Los dos debutantes serán Carlo Michele Ferrari –presidente de Trenes de Buenos Aires, la empresa concesionaria de la línea ex Sarmiento– y Oscar Gariboglio, vicepresidente de Cometrans, que es la empresa que explota TBA. En el tramo final de las indagatorias, ya en junio, deberán presentarse a declarar los ex ministros de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, otros funcionarios del Estado, los dos hermanos Cirigliano dueños de TBA y, finalmente, el maquinista de la formación que chocó en la estación, Marcos Antonio Córdoba.
Los puntos centrales de la causa son los siguientes:
1 El choque. Desde el punto de vista de los peritajes, el choque se produjo porque no se aplicaron los sistemas de frenos que tenía el tren. Los siete ingenieros firmaron en forma unánime un dictamen en el que sostienen que los frenos funcionaban, tras realizar numerosas pruebas. La última de ellas, un informe entregado la semana pasada, evaluó cinco compresores de los siete que tenía la formación y el regulador eléctrico del compresor que estaba en el vagón de cabecera, el que conducía el maquinista. Nuevamente los siete ingenieros –incluyendo el que representa al motorman– firmaron que los compresores y frenos funcionaban adecuadamente.
Como es obvio, el dictamen de los ingenieros deja picando la hipótesis de que el maquinista puso el tren en una especie de punto muerto, lo dejó correr y se quedó dormido o se desmayó o algo le pasó. La gente de TBA sugiere que, como era muy temprano y después de dos días de Carnaval, el maquinista no había descansado bien. Los representantes del gremio La Fraternidad, que al principio sostuvieron que los frenos no anduvieron, hoy en día se inclinan más bien por cuestionar aspectos de la infraestructura, como el parachoques.
2 El material y la infraestructura. El fiscal Federico Delgado considera que hay un adentro y un afuera de la tragedia. El adentro es el choque mismo y el afuera son las condiciones, la organización con la que se prestaba el servicio. Delgado considera que esto último, responsabilidad de TBA y de los funcionarios que debieron controlar el servicio, creó las condiciones para que se produjera “el adentro”, el choque. Por ejemplo, el fiscal presentó la declaración de Edgardo Reynoso, delegado de la Unión Ferroviaria de la línea Sarmiento. Reynoso sostuvo que TBA no respondió a reclamos de los sindicalistas en 2005 en los que adelantaban que podía haber un grave accidente, pedían materiales de comunicación para los guardas para casos de accidente, fusibles y señalaban que los comandos de los coches intermedios se encontraban con las puertas y los herrajes de los comandos rotos, por lo que se podían meter pasajeros en esas cabinas y accionar comandos “poniendo en serio riesgo al pasaje”. Los ingenieros consideraron que estos elementos no jugaron un papel en la tragedia, pero la evaluación final queda en manos del juez.
Lo que los especialistas sí diagnosticaron es que el material rodante de la formación que chocó en Once tenía mantenimientos vencidos. El fabricante, Toshiba, indica que cada tantos kilómetros se deben realizar trabajos de distinto tipo en cada una de las unidades. La empresa aduce que los services de seguridad estaban todos hechos, pero no los integrales, que están más orientados a recomponer los asientos, las ventanas y lo que tiene que ver con la comodidad de los pasajeros. El fiscal, en cambio, considera que se trata de una demostración más de las condiciones del material.
El otro aspecto señalado por los ingenieros y que va en el mismo sentido es la informalidad existente en los talleres de Castelar del Sarmiento. Los peritos insisten en que no había órdenes de trabajo ni se firmaban las tareas realizadas.
3 El parachoque. Uno de los argumentos que sostiene La Fraternidad, el gremio de los conductores, es que la formación se incrustó en un parachoque que tenía amortiguación hidráulica, pero que no tenía el mantenimiento correspondiente. Eso –según el gremio– produjo más muertes y heridos. Los ingenieros –incluyendo al de La Fraternidad– desmintieron ese argumento en un complemento de peritaje. Afirmaron que el impacto hubiera sido el mismo, además de señalar que no existe normativa sobre cómo deben ser los parachoques. De hecho, la mayoría de los de Once son fijos, no hidráulicos. Todo esto deberá ser evaluado por el juez y será preguntado en las indagatorias.
4 La cantidad de pasajeros. Tal vez sea motivo de polémica en la causa judicial. Una de las mayores quejas de las asociaciones de pasajeros y consumidores tiene que ver con eso, justamente con el hecho de que resulta casi imposible subirse al Sarmiento, incluso en los puntos de salida. La fundamentación sería que al haber demasiada gente, los que murieron fueron más y los rescates más difíciles. TBA presentó un estudio en el que señala que el máximo de pasajeros no estaba en Once, en el momento del choque, sino en Liniers, porque en Caballito y Flores bajaron unos 400 pasajeros y subieron muy pocos: 30. También esto será evaluado por el juez Bonadío.
5 La pericia contable. El magistrado recibió un adelanto del peritaje contable el viernes pasado. Pero es sólo un adelanto parcial. Habrá otro adelanto esta semana y el resto del trabajo a fin de mes. Bonadío quiere saber si los subsidios que pagó el Estado fueron aplicados al mantenimiento y a las cuestiones de seguridad.
6 La calidad del servicio. Hay una mirada unánime de que el servicio tiene gravísimas falencias: desborde de pasajeros, falta de comodidades, fallas continuas, cancelaciones e impuntualidades. El interventor designado por el Ejecutivo emitió un informe, señalando que se necesitan fondos de envergadura en obras y material para dar un servicio, como mínimo, seguro. Es posible que el juez tome en cuenta algunos de esos elementos en su imputación final, pero la decisión sobre si el servicio debe continuar en manos de TBA tendrá que ser tomada por la Casa Rosada, más allá de lo que hayan dicho los peritajes. Y parece poco probable que el Ejecutivo mantenga a TBA como concesionario.
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