Martes, 11 de septiembre de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › YA HAY CINCO DETENIDOS POR EL ROBO A LAS 77 CAJAS DE SEGURIDAD DEL BANCO MACRO EN SANTA FE
Los investigadores destacaron la “logística extraordinaria” de la banda que irrumpió el fin de semana en la sucursal. A ninguno de los sospechosos le encontraron armas, dinero o valores. Los tres detenidos ayer estaban viendo un partido cuando llegó la policía.
Tres personas fueron arrestadas ayer en el marco de la investigación por el robo de 77 cajas de seguridad de una sucursal del Banco Macro en la ciudad de Santa Fe, que ya suma cinco detenidos. “Estamos trabajando sobre pistas firmes, ahora esperamos el resultado de los interrogatorios”, explicó anoche una fuente de la investigación, quien informó que ninguno de los cinco detenidos tenía armas ni muchísimo dinero entre sus pertenencias. Además, el juez Jorge Patrizzi ordenó una serie de peritajes sobre los sistemas de alarma y vigilancia del banco, que tiene su central de monitoreo en Rosario. “Es gente muy entendida en el tema, con una logística extraordinaria, no estamos hablando de improvisados”, aseguró el jefe de la Unidad Regional Uno, el comisario general Omar Odriozola.
Las últimas detenciones ocurrieron por la tarde, durante un allanamiento hecho por la Infantería y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) en la calle Mosconi al 1100, en la vecina ciudad de Santo Tomé. Los tres sospechosos, relató una fuente, estaban viendo el partido entre Unión de Santa Fe y Tigre; sólo uno de ellos vive en esa casa. No se resistieron ni trataron de huir. Como los otros dos detenidos en barrios periféricos de la capital provincial, estos tres son santafesinos, aunque no se descarta que haya conexiones con ladrones de otras provincias.
Según detalló ayer Odriozola, la única persona autorizada por el gobierno santafesino para hablar del caso, los asaltantes actuaron encapuchados y con guantes. “Entraron al banco alrededor de las siete y media, ocho de la noche del sábado, cuando redujeron al guardia y comenzaron a trabajar. Se retiraron cerca de las 4 de la mañana del domingo”, informó. En cuanto a los sistemas de seguridad, el jefe policial dijo que hasta ahora se peritó “toda la parte totalmente destrozada, donde están las cámaras de seguridad”.
La hipótesis de un entregador no fue descartada aún. Por lo que se pudo reconstruir, la banda estaría compuesta por ocho personas que ingresaron, dijo Odriozola, “por un estacionamiento, de ahí por los techos a un segundo piso, donde existía un ventanal que no contaba con rejas”. Una vez adentro, amenazaron con armas cortas a un guardia y le pidieron que les mostrara el tesoro. Cuando llegó el cambio de turno, redujeron al reemplazo. Ninguno de los vigiladores fue golpeado.
¿Sonaron las alarmas? “No hay nada preciso para informar sobre eso”, dijo Odriozola. Ayer trascendió que se investiga si sonó al menos una vez la alarma y si también hubo un llamado de advertencia al 911.
Para intentar abrir el tesoro, los delincuentes utilizaron una amoladora industrial, taladros grandes y también un equipo autógeno (una garrafa y un soplete). “Dejaron todas las herramientas y bolsos en el banco, son herramientas industriales, y hay algunas que no son fáciles de conseguir en la ferretería de la vuelta de su casa”, advirtió el jefe policial. Esta podría haber sido una de las pistas utilizadas para lograr las cinco detenciones. El tesoro finalmente quedó a salvo.
“Como no pudieron abrirlo y se les hacía tarde, fueron al subsuelo y abrieron algunas cajas de seguridad. Había más de 600, pero sólo robaron 77, de las cuales 10 estaban vacías”, relató una fuente de la investigación. En la medianoche del sábado, otros dos empleados del banco fueron maniatados y encerrados en un baño, sin recibir golpes. Pocas horas después se concretó la huida en los dos autos que los ladrones dejaron en el estacionamiento por el cual ingresaron al banco, ubicado en San Martín 2459, en el microcentro de Santa Fe.
Según los voceros del Banco Macro, “los sistemas de seguridad se encontraban activos en el momento de la incursión de los delincuentes”, entre ellos los “detectores volumétricos, detectores sísmicos, vigilancia las 24 horas y otros sistemas alternativos de la más moderna tecnología”. Las imágenes de las cámaras son recibidas en una central operativa que el banco tiene en Rosario y ya es objeto de esta investigación, que está bajo secreto de sumario.
“Nosotros sancionamos la ley 26.637, que es la de medidas mínimas de seguridad bancaria, que afectaba distintos delitos y que servía para prevenir al cliente de distintos delitos como el de las salideras y el de los boqueteros”, recordó ayer el diputado nacional Gerardo Milman, del GEN. Esas medidas, agregó el legislador, incluyen blindar las paredes de las bóvedas que contienen las cajas de seguridad.
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