Una de las noticias del año fue la creación del Ministerio de Cultura de la Nación y el nombramiento de la cantante Teresa Parodi como ministra. El 7 de mayo renunció el ex secretario de Cultura, Jorge Coscia, por pedido de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Parodi, que venía de dirigir el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), hizo su primera aparición pública en la 40ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires durante la inauguración de las jornadas de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). “Los ejes políticos son la equidad, la inclusión, la diversidad, la soberanía”, enumeró Parodi en septiembre, cuando hizo un balance de los cuatro primeros meses de su gestión. “La cultura nunca puede ser un proceso terminado; es un proceso constante y eso es lo fascinante”, agregó la ministra, que lanzó el Fondo Argentino de Desarrollo Cultural (FADC), un programa que otorgará 15 millones de pesos en ayudas e incentivos económicos destinados a fortalecer el sector cultural en todo el país.

El 6 de enero se anunciarán los seleccionados entre los 3117 proyectos que se presentaron para el FADC. Del total de proyectos, 391 aplicaron para la Línea Infraestructura, 815 para la Línea Innovación, 858 para la Línea Movilidad y 1053 para la Línea Sostenibilidad. Aplicaron a los fondos artistas y gestores culturales de las 23 provincias argentinas y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Divididos por regiones, se presentaron 1899 proyectos en Buenos Aires, 487 en Centro, 184 en Cuyo, 134 en NEA (Nordeste), 256 en NOA (Noroeste) y 157 en Patagonia. El martes 25 de noviembre Parodi presentó la Ley Federal de las Culturas, una iniciativa que propone 21 puntos a debatir en los próximos meses en foros regionales, entre los que se destacan la designación de al menos uno por ciento del presupuesto nacional anual para el área de cultura, como recomienda la Unesco; la representación de todas las provincias “en el gobierno de las Culturas” a través de un Consejo Federal; y la participación de los colectivos de artistas y de los llamados “trabajadores de las culturas”, mediante un consejo asesor artístico y cultural.