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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
05 DIC 1999








 EL BAUL DE MANUEL
 por M. Fernandez López


Menemtruchos

La sonda espacial ha llegado a Marte para investigar si hay agua, pero además descubrirá una civilización adelantada, con división del trabajo y especialización profesional. En la Universidad de Marte, en la carrera de Terraqueología, una vez se preguntó: “¿Qué deduce de los signos del documento adjunto?”. Prendido al examen, un billete azul de 15,5 x 6,5 cm, como los billetes usados desde 1991. Los alumnos resaltaron diferentes rasgos. Uno advirtió: “Es una impresión de calidad, con varias tintas y figuras en relieve; está numerado 06.118.158; si no es fantasía, se imprimieron al menos seis millones. El costo de diseño, papel e impresión excedía los posibles de particulares, y no podía pagarse con fondos del Estado; la imprenta declarada es Ciccone Calcográfica, que había recibido del gobierno de Menem toda la impresión de documentos identificatorios, desde pasaportes hasta patentes de autos”. Otro notó la mayor presencia del escudo justicialista que la del argentino: “El escudo argentino no está impreso, sino en relieve, como un fantasma invisible. Era un intento de poner el emblema de un partido por encima del nacional: debajo de la mención República Argentina se indica Partido Justicialista Nacional”. Otro advirtió que la única leyenda repetida en ambas caras dice “Un valor que estabilizó el país” y sin fundamentar su asociación puso: “las dos primeras palabras están destacadas, lo que revela el deseo de darle connotación positiva a la palabra Valor, lo que puede significar un vínculo con la banda de Valor”. Otro dejó correr su imaginación y puso: “Menem viajaba afuera con frecuencia y entre sus acompañantes no faltaban afectos a billetes extranjeros que en cada país cambiaban por monedas y billetes argentinos. En Inglaterra recibían billetes con la efigie de Elizabeth II, en España billetes con la efigie de Juan Carlos I. ¿Por qué no Carlos I? Carlos se entusiasmó, pues crecía en él la idea de ser el último morador de la construcción que se reproduce al dorso de su propia efigie. Sólo en países monárquicos aparece en los billetes la imagen del monarca, a fin de mostrarlos como alguien que nunca se cambia o renueva, sino hasta el término de su vida natural”. El alumno fundamentaba su respuesta en los últimos actos de gobierno de Menem, que involucraban al gobierno siguiente y a muchos más, como si nunca tuviera que dejar la silla de Rivadavia.

Hacé la tuya

El caso Bussi ha hecho aflorar una propensión de los hombres de Estado: patear el tablero cuando el resultado del juego no es favorable. O mejor: el apego a la norma cuando ella favorece sus propósitos; la excepción a la norma por “razones atendibles”, cuando su fiel cumplimiento provocaría resultados indeseables. Si hay un día de este siglo que el Partido Radical repudia, es el 6 de setiembre de 1930. Sin embargo, el presidente constitucional derrocado ese día, 25 años antes y olvidando su propia doctrina de la elección de gobernantes a través del sufragio, intentó el alzamiento de las Fuerzas Armadas contra el gobierno constitucional de entonces. De haber tenido éxito, las interrupciones de los gobiernos constitucionales habrían comenzado en 1905. Medio siglo después del fatídico 1930, al caer la dictadura militar, por respeto a la pureza con que deben sustanciarse los concursos universitarios, se permitió la impugnación de los cargos docentes, aun por no interesados directos e incluso de oficio por las autoridades designadas –y no por concurso, sino por el poder político–. Al poco tiempo, todos los cargos disponibles estaban cubiertos, no por concurso, sino por el hábil dedo de las autoridades interinas. Como todos saben, fue el premio Nobel Milton Friedman quien en 1948, en uno de los artículos más importantes de la teoría monetaria, “Marco monetario y fiscal para la estabilidad económica”, propuso regular la oferta monetaria por una regla inalterable de expansión de su monto en un 4 por ciento anual, y a la vez suprimir la discrecionalidad en el manejo de la emisión monetaria. Fundaba su posiciónen que el manejo discrecional durante la Gran Depresión había hecho más por desestabilizar la economía que por estabilizarla. En la Argentina, la masa sigue al hombre fuerte, que manda y no da explicaciones, y desdeña al que acata la ley y es transparente. Los ejemplos mayores de cada caso fueron Perón e Illia. El primero, cuando ya no tenía margen para ambiciones terrestres, nos enseñó que para ser libres debemos ser esclavos de la Constitución. En ese marco debería moverse sin excepciones la economía. Salimos de una época de oscuridad en los actos de gobierno, de fondos reservados, de gastos nunca explicados y funcionarios enriquecidos. La estabilidad pide achicar el déficit fiscal. El camino es mostrar a la sociedad en qué se gasta cada peso.