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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
05 DIC 1999








 REPORTAJE EXCLUSIVO
 

Jorge Sappia, futuro secretario de Trabajo.

“La flexibilización no genera empleo”

Por Roberto Navarro

El futuro gobierno tiene preparada una amplia reforma laboral. Jorge Sappia, que estuvo a un paso de ser ministro de Trabajo y finalmente fue designado viceministro, adelantó a Cash el programa completo. “Vamos a alentar la estabilidad laboral, premiando con una reducción en las cargas sociales a las empresas que efectivicen a los trabajadores luego del período de prueba”, adelantó el abogado cordobés, que fue diez años ministro de Trabajo en su provincia durante la gestión de Eduardo Angeloz. Aunque intentó despegarse de la política de flexibilización laboral que caracterizó a la administración menemista, Sappia reveló que piensan reemplazar el actual límite de 48 horas de trabajo semanales por un tope anual, que permita a las empresas manejar los horarios del personal según sus necesidades. Amigo de la niñez de Fernando de la Rúa –vivía al lado de la casa en la ciudad de Córdoba–, aseguró que “el presidente electo está obsesionado por terminar con el problema de la desocupación”.
¿Cuál es el plan de la Alianza para reducir el desempleo?
–El gobierno atacará este problema por todos los frentes. Hay que generar inversión, porque cada puesto de trabajo sale plata. Tenemos que bajar el riesgo país y buscar los medios para disminuir la tasa de interés, que es un obstáculo para la inversión. Desde el Ministerio de Infraestructura se desarrollará un ambicioso programa de obra pública que generará más de 250 mil empleos. En la cartera laboral buscaremos remover cada traba que impida el normal desenvolvimiento del mercado de trabajo.
¿De qué manera?
–En este momento hay muchas actividades en las que se podría llegar a acuerdos entre empresarios y trabajadores, pero la actual legislación no lo permite. Nuestra propuesta es que se pueda negociar en el nivel en el que se encuentren las coincidencias, incluso entre empresa y empleados directamente.
¿Que los empleados negocien directamente con su empleadores no atenta contra la esencia misma del gremialismo, que es la unión para enfrentar el poder empresario?
–No, porque si los empleados no quieren negociar en ese nivel no lo hacen, no es obligación. Además, el sindicalismo ya está maduro para aceptar cambios, que sólo se realizarán a los efectos de mejorar la situación de los trabajadores.
¿Qué otros aspectos de la negociación colectiva van a modificar?
–Vamos a impulsar el fin de la ultraactividad, que posterga la vigencia de los convenios vencidos hasta que se firme uno nuevo. Así, alentaremos la negociación que generará condiciones de trabajo adecuadas a la realidad actual.
¿Van a continuar con el Plan Trabajar?
–Sí, pero con otro contenido. Así como está, no sirve. La gente está cobrando 200 pesos durante seis meses por cavar zanjas. Cuando se vence el contrato, vuelven a la situación anterior. Nosotros les vamos a pagar, pero van a ser ubicados en empresas privadas en las que recibirán un reentrenamiento que los prepare para conseguir trabajo después. Incluso, al estar en una empresa, tienen posibilidades de quedar efectivos si son eficientes.
¿Cómo lo van a organizar?
–Va a ser un plan descentralizado en todos los municipios del país. La idea es que en cada ciudad se forme una comisión entre el gobierno local, los empresarios, los sindicatos y la Iglesia, que administre los fondos y oriente el reentrenamiento de los desocupados hacia las áreas que son de interés regional. Las empresas podrán formar al personal que necesitan con fondos del Estado.
¿Va a haber un plan de flexibilización laboral para las pymes?
–El 95 por ciento de las empresas del país son pequeñas o medianas. No tiene sentido desarrollar planes que excluyan al otro 5 por ciento. Elplan de simplificación de registración laboral, que reúne todos los trámites de inscripción en una sola gestión, fue diseñado para facilitar la tarea a las pymes, pero después nos dimos cuenta de que también ayudaría a las grandes.
¿Van a reducir los aportes patronales?
–La experiencia ha demostrado que bajar los aportes no sólo no generó empleo sino que tampoco solucionó el problema del trabajo en negro. La rebaja programada para diciembre se suspenderá y, de ahora en más, la disminución de los aportes tendrá que estar condicionada a la generación de nuevos puestos de trabajo. Quienes tomen empleados y les den estabilidad laboral, serán premiados con importantes descuentos en las cargas sociales.
¿Cómo van a disminuir el empleo en negro?
–Vamos a organizar un cuerpo de policía laboral en serio. Es una cuestión de decisión política. Hay muchas grandes empresas que sabemos que están incurriendo en irregularidades. Nosotros nos vamos a meter con quien sea. El trabajo en negro es un delito y se va a penar como tal.
En el mundo desarrollado se está tendiendo a reducir los horarios laborales para distribuir mejor el trabajo disponible. En Francia se puso un tope de 35 horas semanales. En el país hay casi cuatro millones de personas que trabajan más de 45 horas por semana. ¿Van a tomar alguna medida sobre este tema?
–No estoy convencido de que la reducción de la jornada laboral genere nuevos puestos de trabajo. Habrá que esperar el resultado que les da a los europeos. Por lo pronto, en la Argentina todavía no se pueden controlar los límites horarios. Ese es otro de los temas que tenemos que consensuar con los sindicatos y con los gobiernos provinciales, que tienen que colaborar en la gestión de control.

LA RELACION CON EL SINDICALISMO

“No nos harán paros como a Alfonsín”

¿Esperan que los sindicatos sean tan duros como con el gobierno de Alfonsín?
–Eso no va a ocurrir porque los mismos sindicalistas reconocen que en la década pasada se equivocaron. Fueron utilizados como fuerza de choque del justicialismo, obstruyeron la gestión de un gobierno que inauguraba una nueva etapa democrática y no recibieron nada a cambio. Por el contrario, Menem los vació de poder. Incluso tuvieron un menor número de representantes en el Congreso Nacional que en todos las anteriores administraciones peronistas.
Sin embargo, Armando Cavalieri ya anunció que no tolerarán un nuevo ajuste.
–Una cosa son las declaraciones y otra, la acción. En un contexto de desocupación y subocupación tan alta, no hay plafón para organizar paros. Y los sindicalistas lo saben. La gente teme perder el empleo. Y las empresas privadas, que disponen de personal para elegir, no van a tolerar fácilmente una cadena de huelgas.
Ctera ha hecho varios paros con mucho éxito.

–Porque los maestros son empleados del Estado y saben que no van a ser despedidos. En los demás sectores no pasa lo mismo. Pero, además, la representatividad del sindicalismo de hoy no pasa tanto por las reivindicaciones, sino por los servicios que les puedan brindar a sus afiliados.
¿El reconocimiento de CTA como central sindical responde a una estrategia de negociación?
–La gestión del Ministerio de Trabajo, a cargo de Alberto Flamarique, se va a destacar por la negociación en todos los frentes. Estamos seguros de que es un buen momento para que todos los sectores se acerquen, porque la dureza de la actual situación económica puede servir para ablandar posiciones. Nosotros vamos a hablar con todos.

LA INTERNA ENTRE INDUSTRIALES Y BANCOS

“No se puede crecer con tasas del 20%”

¿Qué opina de la reunión del recientemente formado Grupo Productivo (GP) con sindicalistas y miembros de la Iglesia?
–Es notorio que hay una fuerte interna entre sectores de la producción, por un lado, y el sector financiero y de empresas privatizadas, por el otro. Todavía no se ve muy claro el papel del sindicalismo en este enfrentamiento.
¿La Alianza está más cerca de la posición del GP?
–Nosotros no queremos participar de ninguna interna, pero está claro que el sector financiero tiene que hacer su ajuste. Ningún país puede crecer con tasas del 20 por ciento anual. En la lucha por la generación de empleo, el aporte de los bancos debe ser reducir las tasas de interés. Con respecto de las empresas privatizadas, ya se está negociando para bajar las tarifas, que encarecen el costo de la producción nacional.
¿Van a llevar adelante la propuesta de la UIA de reducir los aportes patronales al sector transable e incrementar los del sector no transable?
–No está programado hacer ningún tipo de diferenciación en el tratamiento de los distintos sectores. La idea es generar puestos de trabajo en todos los rubros, y la decisión de reducir los aportes va a depender de lo que los empresarios estén dispuestos a hacer en materia de estabilidad laboral.
¿Tienen reclamos de mayor flexibilidad laboral de los empresarios?
–No, la mayoría ya se dio cuenta de que la flexibilización no genera empleo por sí misma. Salvo algunos temas puntuales, como la limitación de horas de trabajo anuales en lugar de semanales, el resto quedará como está, con el acuerdo de todos.

Aquí están, éstas son

El paquete de medidas laborales que anunciará la Alianza cuando asuma el 10 de diciembre son las siguientes:

Flexibilización horaria: se permitirá y alentará la firma de convenios colectivos que fijen límites anuales, en lugar de semanales, en los horarios de trabajo. Hasta ahora el tope eran 48 horas por semana. Así, una empresa podrá requerir a sus empleados que trabajen en distintos horarios según las necesidades de producción.

Descentralización de la negociación colectiva: los convenios colectivos, que en la actualidad sólo pueden ser negociados entre sindicatos y cámaras empresariales, podrán ser acordados en todos los niveles, incluso entre empresa y empleados.

Fin de la ultraactividad: esta norma prorrogaba la vigencia de los convenios colectivos de trabajo vencidos hasta que se firmara uno nuevo. Los sindicatos defendían esta posición, porque todas las renegociaciones de los últimos años fueron para reducir los derechos de los trabajadores. Ahora se tendrán que sentar a negociar todos los convenios vencidos. Los sindicatos no podrán especular con que sigan rigiendo las condiciones vigentes.

Simplificación de la registración laboral: con el llenado de un solo formulario, que se presentará en una oficina pública, las empresas podrán cumplir con todas las obligaciones que marca la ley para registrar a un empleado. Se reemplazarán los seis trámites que se hacen ante las AFJP, ART, ANSeS, seguro de vida, sindicato y obra social por una única gestión. Extensión del período de prueba: en la actualidad es de un mes, se llevará a seis meses.

Rebaja de cargas sociales: se dará ese beneficio a las empresas que den estabilidad laboral a los nuevos empleados. Si luego del período de prueba el trabajador queda efectivo, la empresa obtendrá un 70 por ciento de descuento en las cargas sociales durante el primer año de trabajo y un 50 por ciento en el segundo año.

Entrenamiento laboral para los beneficiarios del Plan Trabajar: las personas trabajarán en empresas privadas, cobrando el sueldo del Estado durante seis meses, y serán capacitados por la misma empresa.

Fortalecimiento de la policía laboral: se intensificará el control en todas las empresas para detectar empleo en negro.