SUBRAYADO
Un paso adelante
Por Claudio Uriarte |
Desde el punto de vista de
la transición de Chile hacia una democracia plena, el resultado electoral de ayer es el
más virtuoso que podría imaginarse, por lo menos después del empate técnico en que
quedaron el socialista Ricardo Lagos y el pospinochetista Joaquín Lavín en la primera
vuelta del 12 de diciembre. Los avances se registran en ambos campos de la divisoria
política: por una parte, la presencia de un socialista al frente del Palacio de la Moneda
(garantizada por el 51,31 por ciento de los votos) quiebra el tabú preexistente desde el
sangriento derrocamiento del también socialista Salvador Allende por el golpe militar de
Pinochet en 1973; por otra parte, para lograr el histórico resultado del 48,69 por ciento
la derecha debió despinochetizarse y salir a hacer campaña entre los pobres
y los desocupados. Es verdad que un tres por ciento de los votos es un margen ajustado,
pero la coexistencia no debería ser dramática si este proceso de general
racionalización democrática continúa.
Con Pinochet aún detenido en Londres (más otra vuelta de tuerca que podría implicar que
deba seguir allí, ver pág. 4), los resultados de ayer parecen confirmar lo que el
populista, oportunista y astuto candidato de la derecha afirmó durante su campaña: que
el ex dictador ya era parte del pasado. El alcalde de Las Condes no consiguió
su resultado por el voto de los pinochetistas más furibundos (que calificaron al
candidato de Alianza por Chile como un traidor), sino yendo a buscar el aporte de los
sectores más atrasados y postergados de la sociedad chilena, que sufre un 11 por ciento
de desocupación y que creyó parcialmente en las promesas de cambio de Lavín
después del natural desgaste de 10 años de gobierno de la Concertación por la
Democracia. Al mismo tiempo, la recuperación de votos por parte de Lagos (del 47,96 que
logró en diciembre) difícilmente se explica sin el aporte de al menos parte de los votos
del Partido Comunista, cuya líder Gladys Marín llamó sin embargo a impugnar el voto en
castigo porque el gobierno de la Concertación casi había logrado retornar a Pinochet a
Chile. En resumen: el anciano ex dictador ya no divide a la sociedad chilena, como lo
mostró una encuesta preelectoral que señaló que un abrumador 98 por ciento no pensaba
cambiar su voto por la inminencia del regreso del general a casa.
Lavín no habló de Allende para atacar a Lagos, y Lagos bajó a tierra y dejó de hablar
de Pinochet (para atacar a Lavín) cuando la primera vuelta le fue tan dura de ganar. Es
otro paso adelante de la transición chilena. |
Un socialista a La Moneda
HISTORICO TRIUNFO DE RICARDO LAGOS EN LA SEGUNDA VUELTA
Moderado, y distinto de Allende
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JOAQUIN LAVIN, EX CANDIDATO DERECHISTA DE ALIANZA POR CHILE
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