En
riesgo país, estamos peor
que Filipinas y Perú
-Ahora
tenemos que bajar un poco el consumo, adaptar el gasto al nivel
de ingresos. .
-Hay inversores que están preocupados y preguntan
si la Argentina va a devaluar.
-Si la suba de la tasa no es muy violenta, deberíamos
poder manejarnos bien. Ahora, si la corrección es enorme,
nadie podrá escapar.
-Las negociaciones con el FMI nunca son fáciles.
-Estamos preocupados con la situación de las provincias.
-Creo que debemos ser más pragmáticos y evaluar
las ventajas de abrir el capital del Banco Nación al sector
privado.
Por
David Cufré
En
la estrategia del equipo económico, Daniel Marx ocupa un
papel clave. Como secretario de Financiamiento, es el encargado
de vender a la Argentina ante los inversores. Y de
conseguir este año 17.500 millones de dólares para
cubrir vencimientos y el déficit fiscal en un escenario
de tasas internacionales en alza. Esta semana estará en
Europa para conseguir apoyo político de los principales
países del Viejo Continente en la negociación que
Argentina encarará con el FMI, que nunca son fáciles.
En un reportaje con Cash, el funcionario asegura que para disminuir
el riesgo país se deben despejar las dudas de devaluación
que revela aún persisten en no pocos inversores.
Dice que, en cuanto al riesgo país, Argentina está
peor que Filipinas y que Perú. Y no descarta
un nuevo ajuste de gastos para limitar el déficit fiscal
de este año a 4500 millones. Marx también afirma
que, para no sufrir sofocones, es conveniente no definir
reglas de juego que no puedan administrarse. En otras palabras,
no alterar la paz con los mercados.
¿Hasta cuándo durará la emergencia fiscal?
No existe el día en que se pasa de una situación
a otra. Consolidar la solvencia fiscal es una condición
necesaria para la reactivación. Si logramos disminuir la
percepción del riesgo, el contexto será favorable
para que la economía se recupere.
¿La suba de impuestos fue para disminuir la percepción
del riesgo?
La verdad es que nos encontramos con una situación
de desequilibrio notable. De haber permanecido, hubiera generado
una crisis. Y quienes más pagan las crisis son los que
menos tienen. Lo primero era evitar la situación de crisis,
donde todo el mundo iba a estar sustancialmente más pobre.
Ahora, eso tiene un costo, no podemos ignorarlo. Y el costo se
buscó repartir de la manera más equitativa posible,
dadas las características de Argentina.
Sin embargo, la reforma tributaria volvió a recaer sobre
sectores de ingresos medios y preserva a quienes han obtenido
fuertes ganancias, como las privatizadas o al sector financiero.
No parece muy equitativo.
En Argentina no se han gravado las rentas financieras sobre
la base de quien las recibe, sino sobre la base de quien las paga.
Uno puede argüir que ya se están gravando, de una
forma distinta al resto del mundo. No digo que esto sea eficiente,
para nada. Sólo digo que el mecanismo existe.
El discurso es similar al del anterior equipo económico.
Pero hay diferencias en varios aspectos. También
hay cuestiones que no podemos ignorar, que corresponden al funcionamiento
de las instituciones. No tenemos que confundir continuidad de
las instituciones con que se vaya a hacer todo exactamente igual.
En la aplicación de políticas puntuales, estamos
mostrando diferencias y se van a notar cada vez más.
¿Por ejemplo?
En todas las áreas. En la parte que me compete, la
política financiera apunta a ser previsible y a tratar
de que los argentinos tengan las mismas oportunidades que los
extranjeros. En la reforma tributaria se buscó repartir
la carga. Y en lo que tiene que ver con la competencia en los
mercados, habrá una diferencia sustancial. Somos un gobierno
muy consciente de que debemos lograr que las fuerzas de la producción
se sientan incentivadas por la competencia.
Una interpretación del impacto de la reforma tributaria
es que puede acentuar la recesión, al provocar una eventual
disminución del consumo. ¿Qué opina?
Yo diferencio el corto plazo del mediano y largo. Mi visión
es que en el 99 no se hicieron las cosas bien. Se gastó
mucho más de lo que se podía. Ahora tenemos que
bajar un poco el consumo, adaptar el gasto al nivel de ingresos.
Eso en el corto plazo, para evitar una crisis. Pero a partir de
ahí podemos crecer con fuerza.
Algunos consultores económicos vaticinan que hacia septiembre
será preciso aplicar un nuevo ajuste fiscal. ¿Coincide?
Me gustaría no coincidir. Creo que las cosas están
preparadas para que todo funcione bien. No estoy pensando en que
un nuevo ajuste sea deseable, ni en estos momentos debamos creer
que vaya a ocurrir. Varios factores ayudan a la reactivación.
Están aumentando los precios internacionales de los productos
de exportación, Brasil se recupera y hay liquidez en el
mundo, a pesar de que también existen nervios.
¿Cuáles son las inquietudes sobre Argentina que
le transmiten inversores extranjeros?
Todavía hay inversores que están preocupados
por el tipo de cambio. No por si está sobrevaluado o subvaluado,
sino por si la Argentina va a devaluar. Esto hay que reconocerlo.
Otra pregunta, de mucha gente informada que sabe que no vamos
a devaluar, es cómo funciona la economía con tipo
de cambio fijo. Es un tema no muy tratado en los libros de texto,
y por eso aparecen muchas preguntas. Vinculada a ésa, surge
la pregunta de por qué es alto el índice de deuda
de Argentina en relación a sus exportaciones. Y entonces
quieren saber cuál es la estrategia de largo plazo de inserción
en el mundo.
¿Son muchos los inversores que preguntan por la devaluación?
Depende del momento. Cuando uno empieza a explicar, advierte
que en el mundo no saben tanto cómo funciona la convertibilidad.
También hay que reconocer que muchos analistas recomiendan
a otros países el régimen monetario argentino. En
definitiva, no es tan distinto un país con tipo de cambio
fijo que otro con tipo de cambio flexible. En este último
caso, es necesario tener una gran flexibilidad para adaptarse
a los cambios externos.
¿Un aspecto de la flexibilidad pasa por el régimen
laboral?
Reconozco que es un tema pesado, porque afecta la vida de
las personas. Muchos sienten que un régimen más
flexible les haría perder derechos adquiridos. Pero si
se observan las experiencias de otros países, especialmente
en el caso de los jóvenes, se aprecia que es mucho más
fácil conseguir trabajo en un mercado menos rígido.
El punto es si efectivamente hay una pérdida de derechos
adquiridos.
Primero aclaro que no tengo nada que ver con la política
laboral. Si a quienes están trabajando se les respetan
los derechos, y a quienes quieren entrar al mercado se les da
la posibilidad de adaptarse a un régimen más flexible,
se estarían combinando los dos universos.
¿Cómo puede impactar en la Argentina un aumento
de la tasa de interés de Estados Unidos?
Sería mejor que no se diera, pero es algo que no
podemos controlar. Si la corrección no es muy violenta
deberíamos poder manejarnos bien. Ahora, si la corrección
es enorme, nadie podrá escapar. Aun así, en términos
relativos no estaríamos tan mal posicionados.
Rudiger Dornbusch pronosticó que en nueve meses la tasa
de Estados Unidos aumentará 150 puntos básicos (1,5
punto porcentual). ¿Esa sería una corrección
violenta?
No tengo elementos para opinar sobre ese pronóstico.
Hoy la mayoría de los analistas piensa que va a ser mucho
menor. De todos modos, si uno mira para atrás, un aumento
de tasas de 150 puntos básicos es fuerte pero no es el
fin del mundo. No es un cambio tan violento. Ha habido situaciones
mucho peores. Violenta para mí es la repetición
moderna de la crisis del 30.
¿En cuánto puede caer el riesgo país este
año?
En el mediano plazo, digamos entre uno y dos años,
me gustaría que el riesgo país de la Argentina fuera
similar al de Polonia. Parece un objetivo no muy ambicioso, pero
dada la situación de hoy, todavía falta. El spread
de Argentina es más o menos de 500 puntos básicos
y el de Polonia, la mitad. Argentina hoy está mejor que
Brasil y peor que México. Hasta hace pocos meses éramos
totalmente comparables a México. Estamos peor que Filipinas
y que Perú. Tenemos que trabajar mucho.
La apuesta parece ser generar confianza en los inversores para
bajar el riesgo país. ¿Pero esa estrategia no se
puede desmoronar con un aumento de la tasa, que, como dijo, es
algo incontrolable?
La apuesta es generar confianza en los propios argentinos.
No se trata de hacerle un favor al Señor Mercado. Cuando
hablamos de los inversores, nos referimos más que nada
al ciudadano común. Una parte importante de los ahorros
jubilatorios está en títulos públicos. Además,
no existe tal relación automática entre la tasa
de Estados Unidos y el riesgo país argentino. Muchos estudios
lo demuestran. El spread es a veces función de la tasa
estadounidense, pero mucho más es función de la
situación de los mercados emergentes en general, y de la
situación de Argentina en particular. Por ejemplo, hoy
(por el miércoles) subió la tasa de largo plazo
de Estados Unidos y bajó el spread de Argentina.
LA
NEGOCIACION CON EL FONDO MONETARIO
Preocupan las provincias
¿Cómo
harán para convencer al FMI de que la economía crecerá
4 por ciento este año, cuando ellos estiman entre el 2
y el 2,5 por ciento?
Explicándoles en qué nos basamos. Tratamos
con personas racionales. Lo que conviene a todos es que las cosas
salgan bien. Las diferencias aparecen cuando se plantean las estrategias
para que ello ocurra. En ese sentido, las negociaciones nunca
son fáciles. Creo que lo principal para Argentina es saber
qué es lo que quiere y qué es necesario. Cuando
se tiene eso, se les vende la solución a los
locales, al resto del mundo y al FMI.
¿El tema de mayor discusión será cómo
disminuir el déficit fiscal de las provincias?
Todos estamos preocupados por ese punto. La tarea por delante
será acordar con las provincias mecanismos posibles para
que logren el equilibrio en sus cuentas.
¿Cuál será la respuesta si el FMI insiste
en que se abra el capital del Banco Nación al sector privado?
No hay una decisión tomada. Creo que no ha habido
suficiente debate al respecto. En mi opinión, creo que
debemos ser más pragmáticos y evaluar las ventajas
que presenta esta alternativa. Hasta ahora, hubo mucha ideología
alrededor del tema.
CUAL
ES EL PLAN DEL EQUIPO DE MACHINEA
Ganar confianza
El
equipo económico sostiene que lograr un fluido acceso a
los mercados de capitales es el primer mandamiento para poder
crecer. Mientras más dólares ingresen, caerá
el riesgo país, las tasas de interés bajarán,
las empresas y los particulares tendrán mayor acceso al
crédito y, en consecuencia, se impulsará el consumo,
la producción y el empleo. Todo el andamiaje del plan se
sostiene en este razonamiento. Y de allí se derivan las
prácticas. Por eso la preocupación por cerrar la
brecha fiscal o el hecho de haber mantenido al margen de la reforma
tributaria a las rentas financieras.
El último miércoles, el Gobierno hizo su primera
emisión importante, por 778 millones de dólares,
y el resultado fue relativamente satisfactorio. La tasa de interés
bajó 0,4 por ciento (12,8 por ciento anual) respecto de
la última colocación comparable realizada por Miguel
Kiguel, el antecesor de Marx en Financiamiento.
A pesar de que los funcionarios de Economía lo presentaron
como un éxito, en la intimidad reconocen que esperaban
una mejor respuesta del mercado. Sin embargo, comprobaron que
la tarea puede ser ingrata, ya que el día de la colocación
de los bonos, en el humor de los financistas hizo mella el abrupto
bajón que sufrieron los mercados internacionales, opacando
el logro político del Gobierno de haber superado los primeros
tets en el Parlamento.
La próxima apuesta fuerte del equipo económico en
materia de financiamiento es el canje de bonos Brady por otros
títulos a emitirse. A través de esa operación,
espera obtener una ganancia financiera de nada menos que 1000
millones de dólares.
TRABAJO
CON SOURROUILLE, CAVALLO Y CON MACHINEA
Con Brady ganaba más de
U$S 20 mil dólares mensuales
Usted
formó parte de los equipos económicos de Juan Sourrouille,
Domingo Cavallo y, ahora, de José Luis Machinea. ¿Qué
semejanzas y qué diferencias aprecia?
Es difícil compararlos, porque se dieron circunstancias
muy distintas en cada momento. Recuerdo que el año 87
fue particularmente muy complicado y que el trabajo no era nada
sencillo. También se vivió con mucha tensión
durante la época del Tequila, pero la situación
no parecía tan terminal. Había mucha más
conciencia que en los 80 de que se debía reaccionar. Y
ahora tampoco es un momento fácil, pero el panorama por
delante es más alentador. Y la gente comprende que debemos
movernos como lo estamos haciendo.
¿Cómo vive el hecho de haber manejado los mismos
temas desde el sector privado, trabajando para Nicholas Brady,
y ahora como funcionario público?
En realidad no eran los mismos temas. Lo que puedo decir
es que cada movimiento que uno hace en el sector público
tiene mucho más impacto que en el sector privado. Es una
responsabilidad distinta. Y que la paga como funcionario es sustancialmente
menor a la del sector privado.
¿Cuánto gana ahora y cuánto antes?
Todavía no cobré. Prefiero esperar hasta saberlo
a ciencia cierta. Y en el sector privado no tenía un sueldo
fijo, sino que variaba de acuerdo con los resultados.
¿En qué rango, de 10 a 20 mil dólares?
Dependía mucho de cómo fueran las cosas. Pero
cuando salían bien, en un mes se podía ganar mucho
más que eso.