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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
19 MARZO 2000








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler


¿A quién le importa el crudo?

Es tan divertida la discusión sobre el precio de la nafta, y la manera en que un trío de corporaciones lo determina, que es poca la atención prestada a las consecuencias que tendrá para el mundo, y para el país, este nuevo shock petrolero, que ha vuelto a triplicar el precio del barril. Aunque la suba del crudo pueda ser vista como una revancha de los países productores de materias primas contra las potencias industriales, la realidad es otra. El consumo de petróleo por cada dólar de PBI cuadruplica en el mundo subdesarrollado la cifra del primer mundo porque aquél todavía no ingresó a la era postindustrial, en la que es más importante un software que una máquina. Hoy el mundo pobre, pese a esto inundado de autos, acapara el 43 por ciento de la demanda petrolera global.
Los países altamente desarrollados redujeron a tal punto su dependencia de la energía que miran con sólo una leve preocupación la escalada del petróleo. Este puede causarles algún trastorno, en todo caso, si sigue azuzando la inflación, que ya se aceleró en más de un punto porcentual anual tanto en Estados Unidos como en Europa. Si los trabajadores lograran reajustes salariales compensatorios, el encarecimiento del crudo podría propagarse a toda la economía. En cualquier caso, ya es un hecho que la deflación quedó momentáneamente atrás, y que en las condiciones del mercado laboral en la Argentina, habrá una reducción en el poder de compra.
Que el país exporte crudo no será un consuelo para sus trabajadores. Tampoco puede asegurarse que las ganancias generadas –en un sector dominado por firmas extranjeras– vayan a ser reinvertidas en el país. En cuanto al fisco, el negocio parece poco brillante. Como el ITC (Impuesto a la transferencia de combustibles) está fijado en valores absolutos (tantos centavos por litro), al aumentar el precio disminuye la imposición relativa. Pero si el encarecimiento provoca una caída en la demanda, la recaudación del ITC disminuirá proporcionalmente. Por tanto, la AFIP deberá recuperar ese dinero perdido a través de otros gravámenes.