|
DESECONOMIAS |
por
Julio Nudler
|
Cuánto vale un argentino
Diversos
estudios realizados en Estados Unidos para saber cuánto
vale una vida arribaron a cifras oscilantes entre los 3 y los
7 millones de dólares. Estos cálculos son, en promedio,
45 veces lo que la ley argentina sobre riesgos del trabajo atribuye
como máximo a una existencia humana: 110 mil pesos. En
realidad, el valor realmente asignado en este país es muy
inferior. Por ejemplo: alguien que gana por mes 800 pesos (tienen
que ser en blanco, pues lo que se cobra en negro no cuenta) y
sufre un accidente laboral fatal a la edad de 50 años sólo
vale para la legislación vigente 44.720 pesos. Y esto gracias
a que los montos quedaron duplicados desde agosto de 1998. Es
obvio que cuanto menos se valore la vida, menos se invertirá
en el capital humano.
Tomando como valor medio de cada vida 5 millones de dólares,
una pareja de investigadores norteamericanos calcularon que el
aumento de la longevidad ocurrido entre 1970 y 1990 generó
57 billones de dólares en Estados Unidos, o seis veces
el PBI de esa nación en 1999. Es decir, 2,4 billones por
año. Como allí se invierten 36 mil millones anuales
(es decir, 0,036 billón) en investigación médica
(según datos para 1995), por poco que ésta haya
contribuido a estirar la vida no hay otra inversión tan
fantásticamente rentable en términos humanos.
Pero nada de esto influirá sobre las políticas de
Estado si quienes las diseñan son economistas y contadores
que contemplan la prolongación de la vida como una pésima
noticia para el fisco porque exige más presupuesto para
la PBU y para el PAMI, que son dos rubros incluidos sin rubor
en los ajustes del gasto. Desde la visión empresaria, por
otra parte, sólo se valora la vida que genera y tiene perspectivas
de seguir generando ingresos y consiguiente poder de compra. El
criterio de la ley no es muy diferente. La familia de ese mismo
trabajador de los 800 pesos en blanco recibirá 110.800
pesos por su vida si perece en un siniestro laboral a los 20 años
de edad y apenas 34.400 si muere a los 65. En estas condiciones,
invertir en preservar la vida no resulta rentable.
|
|