Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Las 12

ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
04 JUNIO 2000








FINANZAS el Buen Inversor
 por Claudio Zlotnik

SE ALEJA EL FANTASMA DE UNA SUBA DE LA TASA INTERNACIONAL

Sube la temperatura en el recinto

La economía estadounidense muestra signos de enfriamiento, lo que frenaría a la Fed a aumentar la tasa. En ese escenario, el ajuste fiscal es saludado con entusiasmo por el mercado.

Empezó junio y el invierno golpea a las puertas. Pero en la city, los financistas se están preparando para vivir un veranito. Después de un comienzo de año traumático, la posibilidad de que Estados Unidos le ponga un freno a la tendencia alcista de la tasa de interés renovó la esperanza de los operadores. Una buena entre tanta malaria.
La globalización y la Convertibilidad sujetan a la economía argentina al vaivén de la estadounidense. Más allá de los planes y las medidas que José Luis Machinea dicte desde el Palacio de Hacienda, el resultado de su gestión estará condicionado a la marcha de Estados Unidos. Y más precisamente de Alan Greenspan, el titular de la Reserva Federal (banca central estadounidense). Visto desde la Argentina, el banquero se ha convertido en una especie de administrador de oxígeno. Si pulsa el botón A (aumento del costo del dinero), habrá menos aire para repartir entre los emergentes y podría provocarles un ahogo. Si, en cambio, aprieta el B (mantiene o baja la tasa de interés), permitirá un bombeo de oxígeno hacia países como la Argentina, que dependen de la llegada de capitales como las personas del aire puro para sobrevivir.
Después de haber subido la tasa seis veces consecutivas, los operadores se entusiasman con la posibilidad de que el martes 27, cuando Greenspan deba volver a optar por el botón A o el B, se incline por el segundo. O, si finalmente decide por el primero, al menos dé una señal clara de que no volverá a hacerlo durante el resto del año. Hay razones para hacerse ilusiones. La economía estadounidense ha empezado a dar indicios de enfriamiento. Y ésa es la mejor noticia tanto para los financistas como para el equipo económico. Sin el fantasma de la inflación, Greenspan podría dejar las cosas como están.
El dato no es menor. Hay una larga lista de factores negativos que se desencadenan cada vez que el tío Alan echa mano a un endurecimiento de la política monetaria.
n Por cada punto que sube la tasa en Estados Unidos, a Machinea se le esfuman unos 200 millones de pesos ante el encarecimiento en el costo del financiamiento de la deuda. Un monto nada despreciable en medio del ajuste.
n Aunque a ese golpe le debe añadir el hecho de que los títulos de deuda argentinos pierden atractivo para los inversores internacionales, quienes preferirán resguardar sus fondos en los cada vez más rentables (y seguros) bonos estadounidenses.
n Y, por si fuera poco, cada alza de la tasa termina fortaleciendo al dólar frente a las demás monedas duras, lo que hace menos competitivos a los productos argentinos.
Todos estos motivos son suficientes para alimentar la esperanza de que, si Greenspan se queda quietito, en la city disfruten de un veranito.