Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Las 12

ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
16 JULIO 2000








FINANZAS el Buen Inversor
 por Claudio Zlotnik

EL MERCADO ARGENTINO NO LOGRA SEDUCIR A FINANCISTAS

¿Para qué sirve ser buen alumno?

Rusia anunció la cesación de pagos en agosto de 1998. Pese a ese antecedente, los inversores tiene una percepción de riesgo de ese mercado similar al argentino, que en ese lapso hizo buena letra.

Esta historia comienza hace dos años. Exactamente el 24 de junio de 1998. Ese día, Rusia lanzó al mercado un bono global a 28 años de plazo, y la tasa de interés pactada con los inversores resultó del 12,9 por ciento anual. En ese momento, un título similar argentino, el Global 2027 (vence un año antes que el ruso) cotizaba a 94 dólares, con un rendimiento anual del 10,4 por ciento. Esta reseña no tendría nada de peculiar si no fuese que tres semanas después de la colocación, Rusia se declaró insolvente y dejó de honrar una parte de su deuda. Esa emisión que vencía en el 2028 pasó a ser considerado un “título basura” entre los inversores y su valor cayó un 80 por ciento. Mientras tanto, la Argentina siguió haciendo buena letra frente a los financistas y los organismos internacionales. Pero no hubo medalla al mérito. Hoy, entre los operadores, Rusia es casi lo mismo que referirse a la Argentina.
En agosto de 1998, la economía rusa se desplomó. Se declaró en default (cesación de pagos), su moneda se devaluó 78,5 por ciento (el rublo pasó de 6 a 28 unidades por dólar), refinanció unilateralmente parte de su deuda con quitas y se sumergió en un caos político. La crisis devino en una tormenta internacional que sacudió también a la Argentina. Rusia se había convertido en un monstruo del cual los inversores huían.
La Argentina, en cambio, nunca dejó de cumplir con los deseos de los inquietos operadores. Como el niño más aplicado de la clase, hizo todos los deberes, no se desabrochó el último botón de la camisa ni dejó de lucir sus cabellos engominados. En los últimos dos años, tomó medidas extremas: hubo dos impuestazos y una rebaja de salarios, justificados en la imperiosa necesidad de cumplir con las metas fiscales. El FMI y el Banco Mundial alabaron esas políticas y pusieron al país como ejemplo.
Los financistas siguen sin confiar. Y las pruebas del desamor están a la vista. En la actualidad, hay muy poca diferencia en la percepción de riesgo entre Rusia y la Argentina. El Global 2028 ruso rinde 14,8 por ciento anual, mientras que el Global 2027 argentino, 12,6 por ciento. Más aún, esa brecha –de 2,2 puntos– resulta inferior a la de 2,5 puntos que existía a mediados del ‘98, antes que Rusia se plantara ante los financistas y les transmitiera lo peor que éstos pueden escuchar: que no les van a pagar.
Pero, a diferencia de la Argentina, Rusia ya ha dado muestras de despegue. En el último trimestre del ‘99, la economía creció a un ritmo del 8 por ciento anual. Y entre enero y marzo de este año se expandió otro 7 por ciento. Además, empezó a transparentar sus cuentas públicas. Mientras tanto, la calificadora Standard & Poor’s está a punto de confirmar la elevación de la calificación para México a grado de inversión y a Brasil podrían subirle también la nota. La Argentina, en tanto, sigue portándose bien.