Hay
que tener paciencia
El
Ministerio de Economía difundió un comunicado en el
cual se detalla el resultado fiscal del primer semestre con unos
ajustes en el saldo final. Y los lectores merecen conocer esa información
porque sino pueden quedarse con una idea equivocada. Por lo tanto,
vale una precisión respecto de lo publicado en esta misma
columna la semana pasada. Se decía que el superávit
record del Tesoro permitió un sobrecumplimiento de las metas
con el FMI en 315 millones de pesos. Ese número era equivocado.
El ahorro extra, en esta Argentina de abundancia, fue de ¡451,4
millones! El abuso de austeridad equivale, entonces, a una vez y
media el presupuesto total para un año que tiene Graciela
Fernández Meijide en su ministerio para planes sociales de
una red de contención, incluyendo los programas provinciales,
que sólo alcanza al 25 por ciento de las familias pobres,
dejando a casi 8 millones de personas carenciadas sin ningún
tipo de cobertura. El por ahora más grande absurdo de su
corta gestión de la Alianza queda todavía más
en evidencia cuando tratan de compensar los dramáticos índices
de desocupación lanzando los demorados y reiterados planes
Social, de Infraestructura y de Empleo. Vamos uno por uno.
Empleo. El Ministerio de Trabajo está peleando con el de
Economía para aumentar el magro presupuesto de 90 millones
de pesos para atender a 200 mil familias, el 5 por ciento de los
desocupados y subocupados. La promesa es que recién para
el año próximo habrá el doble de recursos.
Hay que tener paciencia.
Infraestructura. Se dice que creará 1 millón de puestos
de trabajo. Falta definir el proyecto de ley, enviarlo al Congreso,
aprobarlo y, si no hay contratiempos, recién en el primer
trimestre del año próximo se convocarán a licitaciones
para las primeras obras. Pero sin excesos. Economía ha dado
su consentimiento a este plan siempre y cuando no implique un costo
fiscal abultado. Esto significa que, como el Estado pagará
un canon por las obras construidas y operadas por los privados,
si se hacen muchas y rápido los desembolsos serán
elevados al momento de concluirlas. Hay que tener paciencia.
Social. Finalmente, la semana pasada se presentó el Programa
de Lucha Integral contra la Pobreza. El presupuesto para este
año es de ¡¡10 millones de pesos!! El plan prevé
crear una red de contención social para atender a 480 mil
familias más pobres del país. Este año será
una prueba piloto, el próximo comenzará a desplegarse
hasta alcanzar todo su esplendor recién en el ¡¡2002!!
Desde agosto hasta marzo del año próximo se atenderá
a 20 mil hogares, para en una segunda etapa alcanzar a 200 mil familias,
con un presupuesto de 200 millones de pesos. Hay que tener paciencia.
En realidad, todos esos programas y los que vendrán están
subordinados al único plan que tiene el Gobierno, abrazado
con una insólita fe fundamentalista por el equipo de Machinea:
ajustar las cuentas públicas con la apuesta de bajar así
el riesgo-país. Resulta obvio que se necesita disminuir el
déficit fiscal, de dar racionalidad al gasto público,
de mejorar los indicadores fiscales. Un país con un elevado
endeudamiento no puede vivir con déficit creciente. Pero
una sobredosis fiscal puede paralizar a una economía. Más
aún a una que le cuesta horrores salir de la recesión,
con el nivel de actividad descansando en una meseta con riesgo de
caer al abismo y con dificultades para recuperar competitividad,
que por cierto no ayuda mucho en ese objetivo la excelente
negociación de Pablo Gerchunoff con las gasíferas
dando vía libre a un aumento de tarifas. Todo esto apunta
a bajar el riesgo-país que evalúan los financistas.
Mientras tanto, el país en riesgo debe tener paciencia.
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