EMPRESAS
Y BANCOS EMITEN OBLIGACIONES NEGOCIABLES
Empieza a abrirse la canilla
Después
de un par de meses de sequía, el mercado abrió un
poco el grifo. Aumentó la colocación de títulos
de deuda corporativa. Señal de que la recesión estaría
llegando a su fin.
Algo cambió en la city. En los últimos dos meses,
empresas y bancos no pudieron colocar deuda. Las altas tasas de
interés y la retracción de los inversores los tenían
acorralados. Pero en lo que va del mes se produjo un miniboom de
colocaciones de títulos de deuda en el sector privado. Eso
no es todo. En la carrera por acceder al mercado, las compañías
les vienen ganando a las entidades financieras, signo que estaría
dando cuenta de una recuperación de las inversiones productivas.
Si esa tendencia se consolida, implicaría que apareció
una luz al final del túnel de la recesión.
Las emisiones de Obligaciones Negociables (títulos de deuda)
ya suman 894 millones de pesos en lo que va del mes. Y en la city
están convencidos de que el saldo de julio superará
a las efectuadas un año atrás, cuando alcanzaron los
1105,8 millones. ¿Quiénes están endeudándose?
Las compañías llevan la delantera (507 millones contra
387 millones de los bancos).
A diferencia de las empresas, la mayoría de las entidades
financieras recurren al mercado para cancelar vieja deuda. Por otra
parte, los bancos suelen prepactar sus emisiones, lo que les permite
concretarlas aun cuando haya turbulencias en el mercado. Diferente
es el caso de los grupos empresarios, que sólo toman deuda
cuando el cielo está despejado.
Si bien una parte de las colocaciones de ON fueron a corto plazo
(a un año), que en general sirven para reordenar pasivos,
otra corresponde a emisiones que se efectuaron a 3, 5 o 12 años,
para financiar proyectos de inversión. En el primer caso
se encuentran bancos como el San Juan, Scotiabank Quilmes y un grupo
de financieras. En el segundo pelotón, aquellos que lanzaron
ON a largo plazo, figuran la Transportadora de Gas del Norte, 175
millones a 12 años; Edenor, 140 millones a 5 años;
y AGEA (Grupo Clarín), 250 millones a 3 años.
Las tasas de interés pactadas están directamente vinculadas
con su propio riesgo crediticio. Incluso, algunas empresas, como
TGN, contratan un seguro con un organismo internacional contra una
eventual crisis. De esa forma, acceden a un costo financiero más
barato. Pero algo es seguro. Las tasas todavía son altas
como para pensar en un boom de inversiones. Si hay liquidez en el
mercado, ello posibilitará una baja en el riesgo de aquellas
empresas que necesitan refinanciar sus pasivos. A su vez, esa mejora
abrirá las puertas a una caída en el costo del dinero
y, por lo tanto, a que las empresas empiecen a desplegar los planes
de inversión que han cajoneado.
Este círculo virtuoso recién comenzó a dibujarse.
Su evolución depende de que continúe la tranquilidad
en los mercados internacionales y de las perspectivas que los financistas
tengan en la economía argentina.
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