¿Colombo acusa a Maccarone?
Según declaró estos días Chrystian Colombo,
actual presidente del Nación Argentina, ese banco se
dedicó hasta hace muy poco a darles crédito a empresas
fantasma. El paso siguiente, que es revelar la lista de
deudores fantasmáticos del BNA, queda pendiente. Pero,
además, ese hasta hace muy poco incluye necesariamente
al antecesor de Colombo, el ex presidente de la desaparecida Adeba,
Roque Maccarone. Siendo esto así, lo desconcertante es
que, según ha podido saberse, Fernando de la Rúa
quiera que Aníbal Ibarra designe a Maccarone al frente
del Banco Ciudad.
Un allegado a Colombo aconsejó a Cash no tomar al pie de
la letra la gravísima declaración del conductor
del primer banco argentino, y mencionó que Colombo trabajó
durante años en la mesa de dinero de Banco Río,
cuando éste era conducido por Maccarone, y que además
son amigos y se tributan visitas familiares. Cuadro enternecedor
que, en todo caso, añade confusión al asunto. Fuentes
del Nación se limitan a recordar que anteriores presidencias,
como las de Santilli y Dadone, son vistas como pozos negros que,
salvo por algunos célebres casos (tipo IBM, Yoma, Gatic
o De Santibañes), nadie investigó ni investigará.
Alguien explicó la boutade de Colombo por la presión
política que él procura ejercer sobre el Parlamento
para que le sancionen la nueva carta orgánica del Nación,
que le permitirá concentrarse en la financiación
a las pymes. En cuanto al Ciudad, tampoco hay intención
alguna de reabrir los libros y fijarse en las desprolijidades
de los muchos años en que radicales y peronistas decidían,
desde el directorio, a quién se le prestaba.
Horacio Chighizola, actual vicecanciller, denunció en 1996,
desde la cúspide del Ciudad, que había detectado
150 millones de pesos irrecuperables, repartidos en créditos
irregularmente otorgados. Pero se convino en echarles la culpa
de todo a un grupo de gerentes y otros jefes, que fueron depurados,
sin importar que, por los montos, la mayoría de los malos
préstamos habían requerido la venia de los directores.