Telefónica después de Villalonga
¿La
hora de las alianzas?
Por
Raúl Dellatorre
La
salida de Juan Villalonga de la presidencia de Telefónica
de España ha vuelto a dinamizar las especulaciones sobre
futuras alianzas en el plano de las telecomunicaciones. Todas ubican
a British Telecom (BT) en primera línea, que precisamente
vio frustrada una posibilidad de acuerdo el año pasado ante
la pretensión de Villalonga de presidir el nuevo grupo. Tampoco
se descarta el interés de empresas norteamericanas u otros
gigantes europeos, por la puerta que les abriría al mercado
latinoamericano.
La agresividad negociadora del titular saliente de la empresa española
le valió a la misma, en sus cuatro años de gestión,
la captura de firmas estratégicas en el campo de Internet
y de medios, que le significan hoy a Telefónica una valorización
bursátil de 88.500 millones de dólares. Siendo apenas
superior a la de BT, no son pocos los que consideran que ahora es
el momento justo para una fusión entre iguales.
Otras empresas se suman a las candidatas o interesadas en la captura
de Telefónica. BellSouth Corp, SBC Communications o incluso
Verizon Communications la anterior Bell Atlantic figuran
en la lista de las tentadas a realizar una oferta hostil por las
acciones de la española. Para una empresa estadounidense
(Telefónica) es una gran plataforma en Europa. Para una europea
es extender su marca y, además, obtiene activos latinoamericanos.
No creo que nadie pueda quedarse quieto durante mucho tiempo en
este mercado, señaló una fuente del sector.
Vista como una opción de ampliación de negocios, los
activos de Telefónica representan la alternativa de extender
la estrategia de cualquier gran empresa no sólo a América
latina, sino la posibilidad de extender sus negocios en medios e
Internet. A cualquiera de los grandes, incorporar a Telefónica
le supondría reforzar su gestión y darle una
estrategia global creíble, tal cual señaló
el especialista de una de las principales agencias calificadoras.
Para muchos, la renuncia de Villalonga remueve un obstáculo
para trazar estrategias de alianzas. Para otros, la debilidad de
su sucesor, César Alierta, es sólo aparente. No hay
que olvidar que el cambio en la cabeza de Telefónica no modifica
su composición accionaria, que sigue centrada en un núcleo
duro conformado por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y La Caixa,
dos potencias que no se caracterizan, precisamente, por su falta
de agresión en el terreno de los negocios.
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