Los muertos ya no dan para vivir
Es mentira que todo crezca en Estados Unidos. Sin ir más
lejos, el número de muertes está estancado en 2,3
millones anuales desde 1998, cuando antes crecía uno por
ciento anual. Es quizá donde más efectiva se mostró
la política del anciano Alan Greenspan. Esto asestó
un duro golpe a la industria funeraria, cuyas mayores corporaciones
se habían endeudado fuertemente para tragarse a las más
chicas y agrandar su porción en un pastel de 30 mil millones
de dólares anuales. Para colmo, el norteamericano occiso
ya no se conforma con lacayos enlutados y espléndidas coronas.
Ahora demanda algo menos convencional, como por ejemplo funerales
a todo jazz en Nueva Orleans, cremación y un sitio permanente
en Internet para perpetuar su memoria, todo lo cual implica mayores
costos que no pueden trasladarse a los precios, que siguen promediando
unos 5000 dólares por fiambre. La crisis aguzó el
ingenio empresario, propendiendo a difundir los planes mortuorios
familiares prepagos y los paquetes corporativos con descuento
para que las grandes empresas puedan ofrecérselos a sus
dependientes como beneficio extra para cuando les toque descender
al hoyo. La crisis afecta incluso a la gigantesca SCI (Service
Corporation International), que en su página de Internet
garantiza paz, confianza, respeto y promete despachar
al finado hacia el otro mundo con cuidado, compasión
y dignidad. SCI maneja sólo en Estados Unidos 1500
tanatorios y tiene 400 cementerios asociados, pero yace sepultada
bajo una deuda de 3800 millones. Según Joseph Chiarelli,
analista del negocio postmortem de JP Morgan, los pulpos del luctuoso
sector se gastaron 9300 millones durante los 90 para absorber
otras pompas fúnebres más pequeñas, pagando
precios basados en proyecciones demasiado optimistas sobre el
futuro ritmo de defunciones. La cuarta firma en importancia, Loewen,
bordea incluso el óbito. Para conseguir fondos, ahora que
los inversores huyen de un nicho que ven muerto, SCI resolvió
vender sus subsidiarias en un renglón estrechamente vinculado:
los seguros de vida.