Dumping
Por
Roberto Navarro
Hace diez años
todas las cañerías de acero al carbono que se vendían
en el país eran nacionales. Las fabricaban las empresas Síntolo
Hermanos, Salose y Talleres de General Hornos. A partir de 1991
las importaciones provenientes de China, principalmente las que
ingresan a precios de dumping, comenzaron a ganar terreno hasta
quedarse con el 60 por ciento del mercado. Los industriales reclamaron
la aplicación de un derecho antidumping que elevara el precio
del producto importado en un 150 por ciento, similar al que instrumentó
el gobierno norteamericano para defenderse del ataque chino. Recién
en 1997 la Secretaría de Industria aceptó aplicar
un arancel de sólo el 20 por ciento. El resultado fue que
de las tres empresas sólo sobrevivió la metalúrgica
que fundó Manuel Síntolo en 1932 y que hoy maneja
su nieto. Pero a costa de despedir la mitad del personal. En total,
el sector perdió 350 puestos de trabajo.
A partir de la apertura de la economía que instrumentó
Domingo Cavallo en 1991 se multiplicaron las importaciones desleales.
Tanto las maniobras de subfacturación y contrabando, que
cuentan con la ineficacia en el control de la Aduana, como las importaciones
a precios de dumping, que son las que ingresan al país a
precios inferiores a los que se venden en sus mercados de origen.
Los sectores más perjudicados fueron el metalúrgico,
el textil, el del calzado, rodados y juguetes, que sufrieron, en
total, la quiebra de 3150 pymes y la pérdida de más
de 120 mil puestos de trabajo.
Estados Unidos, que aplica medidas antidumping (suba de aranceles
de importación o fijación de cupos) desde 1882, introdujo
ese concepto en la Organización Mundial de Comercio en 1947.
En la actualidad rigen en ese país 1145 medidas antidumping.
En Argentina, en los últimos cinco años las industrias
agredidas por este tipo de importaciones realizaron 147 solicitudes
antidumping, pero sólo 37 fueron respondidas positivamente.
Ignacio de Mendiguren, secretario de la Unión Industrial
Argentina, explicó a Cash que existen miles de casos de importaciones
a precio de dumping, pero que las empresas perjudicadas, en su mayoría
pymes, no realizan el reclamo ante la Secretaría de Industria
porque se trata de un trámite extremadamente oneroso, complicado,
que tarda varios años y que la mayoría de las veces
tiene una respuesta negativa.
Una década atrás todas las bujías que se utilizaban
en la producción de vehículos eran nacionales. Cuando
en 1991 comenzaron a ingresar las bujías importadas de Brasil
y Asia a precios de dumping, la empresa Bosh solicitó una
medida cautelar que evitara esa maniobra. Cuando la Secretaría
de Industria la aplicó en 1997, las cuatro empresas que fabricaban
bujías ya habían cerrado, incluso Bosh. Así
se perdieron más de 2000 puestos de trabajo. Ahora todas
las bujías son importadas.
Semanas atrás, en la celebración del Día de
la Industria, el ministro de Economía, José Luis Machinea,
anunció la disminución de los tiempos de investigación
e instrumentación de medidas antidumping. Para la UIA la
modificación es insuficiente. Para que se aplique una medida
de ese tipo se debe comprobar no sólo la diferencia de precio
con el mercado interno de la empresa exportadora, sino también
que dicha importación daña a más del 30 por
ciento de la producción nacional del bien en cuestión.
La información necesaria para probar la asimetría
de precios y el daño la deben proporcionar las industrias
denunciantes. Como, en general, las empresas no cuentan con estructuras
administrativas capaces de reunir esa información, se ven
obligadas a contratar consultoras que cobran más de 100 mil
dólares por ese tipo de trabajos.
La UIA reclama que sea el Gobierno el que se haga cargo de la defensa
de la industria nacional. En esas condiciones sólo
las grandes empresas pueden defenderse de la agresión externa.
Ninguna pyme que está sufriendo una caída en sus ventas
puede, además, financiar semejante trámite,
se quejan los industriales. Pero en Economía aducen que el
Estado tampoco está en condiciones de financiar ese gasto
y que lo más razonable sería que fueran las cámaras
empresarias las que pusieran sus estructuras al servicio de las
empresas perjudicadas.
Comprobar fehacientemente la diferencia de precios y el daño,
de acuerdo con los parámetros que dicta la Organización
Mundial de Comercio, son tareas complicadas y, en la mayoría
de los casos, están supeditadas a apreciaciones subjetivas.
Por eso los resultados dependen, fundamentalmente, de la decisión
política de defender la industria nacional. La UIA elaboró
un proyecto de instrumentación de medidas antidumping que
incluye una cláusula que obliga a la autoridad de aplicación
a laudar a favor de la empresa reclamante en caso de duda.
Otro sector que fue arrasado por las importaciones desleales fue
el de fábrica de lavarropas. Las dos empresas que quedaron,
Longvie y Drean, sólo participan con el 14 por ciento del
mercado. El resto quedó en manos de brasileños, españoles
e italianos. Los empresarios reclamaron una medida antidumping en
1995, porque los europeos vendían aquí un 43 por ciento
más barato que en sus propios mercados. En 1998 la Secretaría
de Industria la rechazó. El mes pasado, finalmente, les fue
aceptada una nueva apertura de investigación. Pero en los
últimos seis años el sector perdió seis empresas,
entre ellas Aurora, que producía más de 100 mil lavarropas
por año y daba empleo a 1200 personas.
Elena Divico, presidenta de la Comisión Nacional de Comercio
Exterior, el departamento dependiente de la Secretaría de
Industria que tramita las solicitudes antidumping, aseguró
a Cash que en los últimos cinco años sólo ingresaron
importaciones a precios de dumping por 267 millones de dólares,
que afectaban a 2900 millones de dólares de producción
nacional. El reclamo industrial es exagerado comparado con
los montos de facturación que entran en competencia con la
importación desleal, opinó la funcionaria. En
la UIA, en cambio, afirman que las importaciones con precio de dumping
fueron, por lo menos, 10 veces más que las que aceptó
la comisión.
Cuando un supermercado publica una oferta con bicicletas importadas
a precio de dumping a 10 pesos, aunque sólo tenga un stock
de 50 rodados, daña a toda la industria del sector. Porque
obliga a reducir el precio de los productos nacionales. De ese modo,
cae la rentabilidad y se retrae la inversión. Las tres economías
más desarrolladas del mundo, la Unión Europea, Japón
y Estados Unidos, son las que más medidas antidumping aplican.
Defienden sus mercados internos y así defienden a sus trabajadores.
En Argentina la apertura sin control y la desidia del Estado en
cumplir sus funciones de fiscalización contribuyeron al cierre
de miles de pymes con el consiguiente aumento de la desocupación.
Perchas
de la China
Ariel Benzacar
tenía una explotación forestal en Donadeu, un
pequeño pueblo de Santiago del Estero. En 1980, un
conocido le presentó a Alberto Guill, el empresario
argentino que fundó Supermercados Norte, quien le hizo
la siguiente propuesta: Por qué no usa su madera
para fabricar perchas, estoy importando 20 mil por mes de
China y preferiría dar trabajo en el país.
Benzacar preparó la fábrica y llegó a
emplear a más de 100 personas. El pueblo creció
y se desarrolló alrededor de su planta. Hasta que en
1995 los chinos contraatacaron. Las perchas asiáticas
ingresaban subfacturadas a 1 centavo por la Aduana y llegaban
a las cadenas de supermercados a precio de dumping, mucho
más baratas que en el mercado chino. El empresario
hizo la denuncia en la Secretaría de Industria y tuvo
que solicitar créditos para financiar la investigación.
Luego de tres años tuvo una respuesta negativa. La
empresa se achicó, comenzaron los despidos y suspensiones
y la crisis repercutió en todo el pueblo. Hace dos
meses la nueva administración aceptó su reclamo.
Benzacar consiguió una suba de aranceles y un mejor
control aduanero. Ahora el problema lo tiene con las cadenas
de supermercados que ya no están en manos de
empresarios nacionales que están en contra de
esa medida porque les convenía comprar perchas chinas
subfacturadas y a precios de dumping.
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Diccionario
- Dumping:
Según la Organización Mundial de Comercio (OMC),
existe dumping cuando se verifica que una mercadería
se vende a otro país a un precio inferior al que se
comercializa en el mercado interno del país productor.
- Derecho antidumping:
Cuando la importación a precio de dumping produce daño
a más del 30 por ciento de la producción nacional
del sector afectado, el país está autorizado
por la OMC a tomar medidas para evitar la maniobra. Generalmente
se eleva el arancel de importación en un valor similar
a la diferencia detectada entre el precio de importación
y el de venta en el país de origen. También
se puede frenar la importación aplicando cupos de ingreso.
- Salvaguarda:
Cuando un sector de la producción nacional sufre una
pérdida rápida e inesperada del
mercado interno a manos de productos importados, la OMC autoriza
a restringir los ingresos, por medio de cupos o de aumento
de aranceles, por un período determinado. En ese lapso
los productores nacionales se comprometen a reorganizar sus
empresas para poder competir con los bienes importados al
final del proceso.
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